El juicio que intenta determinar si la muerte del astro argentino Diego Armando Maradona fue natural o si se trató de un “homicidio simple con dolo eventual” cumplió su primera semana, en medio de protestas de familiares del “10” y, sobre todo, de sus innumerables seguidores que no superan su partida y claman justicia.

El 25 de noviembre de 2020, la noticia conmovió al mundo. El astro mundial del fútbol moría en una casa que le habían alquilado en el barrio cerrado San Andrés, en Tigre. Tenía 60 años. Era el mediodía en la Argentina. Según la autopsia, Maradona murió por una insuficiencia cardíaca aguda, congestiva y crónica, que le generó un edema agudo de pulmón.

Tres semanas antes, había sido operado de un hematoma subdural en la cabeza. Se fue de la Clínica Olivos sin alta médica. Desde la empresa Swiss Medical se había sugerido continuar con un tratamiento psiquiátrico, clínico, de rehabilitación y toxicológico bajo la modalidad de internación en un centro de rehabilitación.

Son siete los imputados en el caso por la muerte de Maradona: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, el enfermero Ricardo Almirón, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y la coordinadora médica Nancy Forloni.

El ambiente en el primer día del juicio, el martes, fue muy pesado. En la puerta había un grupo de 20 fanáticos de Maradona con banderas y pancartas que decían “Justicia x D10S”. Cuando llegó la psiquiatra Agustina Cosachov, una de las siete acusadas, los manifestantes empezaron a gritar: “¡Asesina, asesina!”, mientras Verónica Ojeda, la madre del hijo menor de Maradona, Diego Fernando, la insultaba en la puerta de la sala de audiencias.

“Nos convoca el crimen que tuvo como víctima a Diego Maradona. Con la prueba que se produzca en el juicio, ustedes (en alusión a los jueces) y la sociedad van a conocer una imputación sólida, sin fisuras. El derecho a la verdad es un derecho humano. Hoy, Diego Armando Maradona, sus hijos, sus deudos y el pueblo argentino merecen justicia”, dijo Patricio Ferrari, uno de los fiscales que presentaron los lineamientos de la acusación.

Ferrari agregó que las condiciones en las que se le hizo el tratamiento a Maradona fueron muy malas. “Ingresó en ese lugar para una rehabilitación clínica e internación domiciliaria que hoy, sin dudas, podemos decir que fue calamitosa. Una internación temeraria, deficiente y sin precedentes. Ningún tipo de protocolo se gestó para brindar esa temeraria intervención en un teatro del horror que fue esa casa donde murió Maradona, donde nadie hizo lo que tenía que hacer”, afirmó.

También intervino el abogado Fernando Burlando, el mismo que representó a Daniela Cortés, expareja del futbolista colombiano Sebastián Villa, en el caso que terminó en una condena para el hoy jugador de Independiente Rivadavia en un caso de violencia de género. Burlando actúa en el juicio en representación de Dalma y Giannina Maradona, las hijas mayores del “10″.

“Diego Maradona fue asesinado. Lo mataron de una forma silenciosa y cruel. Un plan inhumano de resultado eficaz”, recalcó Burlando, y añadió: “Fue asesinado. Y para esa tarea, alguien que aún todavía se oculta en las sombras convocó a un equipo de profesionales de la salud para matarlo de una manera silenciosa, pero igualmente cruel”.

Un grupo de peritos oficiales que estudió el caso afirmó: “Maradona comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del día 25 de noviembre pasado. Presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado, por lo que concluimos que el paciente no fue debidamente controlado desde las 0.30 horas del día de su muerte”.

Las voces de la defensa

La defensa de Luque, a cargo de los abogados Julio Rivas y Mara Digiuni, adelantó que pedirá la absolución del médico neurocirujano en el caso por la muerte del “10”.

“El lamentable deceso que se investiga en este juicio fue producto de un evento cardiológico agudo, inesperado e impredecible en el contexto de una internación domiciliaria. Nuestra teoría del caso es que no existió hecho ilícito y, por supuesto, participación de mi defendido en ninguna de las circunstancias que se le imputan”, sostuvo Digiuni.

Por su parte, el abogado Vadim Mischanchuk, representante de la psiquiatra Cosachov, dijo: “Bienvenido este juicio. Queremos este juicio para poder acreditar que no hay responsabilidad penal de Cosachov. Para imputarle la muerte a otra persona, tiene que haber una relación de causalidad; tiene que haberse probado que una conducta activa u omisiva determinó la muerte”.

A su turno, el letrado Diego Olmedo, defensor de Díaz, explicó: “Se le está imputando un homicidio simple por uno, dos, tres o 20 comentarios de WhatsApp. No se le puede imputar el hecho de la muerte. No hay un solo elemento que indique que Díaz tenga que ver con la muerte de Maradona. Podrán ser más o menos antipáticos los WhatsApp, pero ninguno tiene relación con el resultado de la muerte de Maradona a la que todos lloramos”.

Sostuvo que Díaz fue contratado por el abogado Matías Morla, representante de Maradona, para tratar su adicción al alcohol. El primer día que el psicólogo lo vio, el por entonces DT de Gimnasia y Esgrima La Plata lo recibió con un vaso de vino en la mano.

“El resultado de la muerte no tiene nada que ver con la labor de Díaz”, dijo Olmedo. Y para afirmar que hizo el trabajo correcto, recordó que Maradona, al morir, no tenía ni drogas ni alcohol en su cuerpo.

La foto de la polémica

Uno de los momentos más impactantes de la primera semana del juicio fue cuando el fiscal Ferrari presentó una impactante imagen de Maradona en las horas previas a su fallecimiento, en la que se le ve visiblemente inflamado. Tras exhibirla de frente al tribunal (pero no hacia las partes), el fiscal general adjunto de San Isidro sostuvo: “Así murió Maradona”.

“Quien les venga a aducir a ustedes, los jueces, que no percibieron lo que le pasaba a Diego, les está mintiendo en la cara. Era elocuente el estado. Cualquier familiar de ustedes que lo vea así, tendido en una cama desde hace varios días, les está mintiendo si no les dice que participaron en un asesinato”.

Esa fotografía, ahora, es objeto de una polémica. El abogado Rodolfo Baqué, quien poco antes del comienzo del juicio se unió a la defensa del enfermero Ricardo Almirón, solicitó la nulidad de la inclusión de la foto como prueba. La razón: las defensas no habían tenido acceso a esa prueba previamente, tal como lo establece el Código de Procedimientos.

Este jueves, la hija mayor de Maradona, Dalma, apareció en el programa LAM, del canal América, en el que explicó por qué ella y Giannina nunca se llevaron a Diego a vivir con ellas. Dalma indicó que hablaban con él cuando podían “enganchar el teléfono”, aunque la charla era un tanto “escueta”. “Si llamaba él, sí, porque no le podían decir que el teléfono no funcionaba. Yo era la que no me podía comunicar con él”, explicó.

En cuanto a por qué ni ella ni su hermana llevaron a su padre a vivir con ellas, la actriz dijo: “Con Gianinna estamos tranquilas de que nosotras agotamos las posibilidades que teníamos y después hay algo que es real: que vos no podés declarar a una persona insana si en algún momento está lúcida; no se puede, por más que quieras y digas ‘mirá cómo está’. Después él puede decir ‘yo estoy bien, me manejo por mis medios’, y no lo podés internar”.

El debate continuará el martes próximo con la declaración de los primeros testigos: el comisario mayor Lucas Borge, que en la actualidad es el jefe de la Superintendencia de Seguridad Amba Norte I, pero que en noviembre de 2020 conducía la Estación de Policía Departamental de Tigre; el comisario Javier Mendoza, hoy jefe del Comando de Patrullas de Tigre; y el oficial Lucas Farias, el primer uniformado en llegar a la casa del barrio privado San Andrés, donde Maradona vivió sus últimos 15 días y donde murió.

El juicio que intenta determinar si la muerte del astro argentino Diego Armando Maradona fue natural o si se trató de un “homicidio simple con dolo eventual” cumplió su primera semana, en medio de protestas de familiares del “10” y, sobre todo, de sus innumerables seguidores que no superan su partida y claman justicia.