SANTIAGO, Chile.-  Su primer y demorado festejo por fin llegó. Chile quebró hoy un maleficio de casi un siglo al ganar por primera vez la Copa América y su víctima fue nada menos que la Argentina de Lionel Messi.

Ante el subcampeón Mundial y con el mejor jugador del planeta enfrente, Chile consumó la hazaña con una victoria 4-1 en los penales, tras un partido sin goles durante 120 minutos incluido el alargue. Argentina quedó sumida en la amargura ya que cumplió 22 años sin atrapar un título oficial.

Chile, en cambio, rompió con 99 años sin coronarse campeón, exactamente desde la inauguración de la Copa América, cuyo centenario debería ser en 2016 en Estados Unidos con la presencia de la "Roja" campeona. Chile estará en 2017 en la Copa Confederaciones en Rusia como representante de Sudamérica.

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"Este es un sueño, este equipo merecía algo así", comentó Arturo Vidal, uno de los pilares de la mejor generación en la historia del fútbol chileno. "El pueblo chileno necesitaba este triunfo, algo así tan hermoso como ser campeón de América".

"Hoy día dimos un paso increíble, esta generación se lo merecía", agregó el volante de la Juventus, quien ayudó a Chile a llegar hasta los octavos de final en los dos últimos mundiales.

Alexis Sánchez metió el último penal chileno, luego de las anotaciones de Matías Fernández, Vidal y Charles Aránguiz. Además, el arquero chileno Claudio Bravo atajó el tiro de Ever Banega, y el argentino Gonzalo Higuaín mandó su remate por encima del travesaño. Messi fue el único que atinó.

Fue un partido intenso, dominado por la presión alta y circulación del balón, con un Chile que alzó la bandera de la localía y alentado por un estadio desbordante manejó los hilos con salidas limpias desde el fondo. Argentina también imprimió toque y verticalidad en sus ataques, con Messi creando zozobra cuando se volcaba del centro a la derecha.

Con Jorge Valdivia como eje y los desbordes de Mauricio Isla, la "Roja" se adueñó del terreno y mostró sus uñas cuando una volea de Arturo Vidal generó una magistral atajada de Sergio Romero volando hacia su derecha.

Un "uhhh", de entre emoción y descontento bajó al unísono desde las gradas chilenas cuando Valdivia entró al corazón del área y prefirió ensayar un pase cuando se imponía el remate y Argentina respondió con un tiro libre de Messi desde la izquierda que cabeceó Sergio Agüero y tapó Claudio Bravo a quemarropa.

En general, los Albicelestes dirigidos por Gerardo Martino soportaron un aluvión que se diluyó a la entrada del área, y no respondieron al golpe por golpe que propuso su colega Jorge Sampaoli. Más bien, los argentinos trataron de quitarle ritmo al partido con los toques de Messi y Javier Pastore y al principio con Angel di María, quien a los 29 minutos le dejó su lugar por aparente lesión muscular a Ezequiel Lavezzi.

Antes del alargue, un susto para cada lado: Alexis Sánchez, bastante deslucido al igual que el goleador Eduardo Vargas, encaró apenas en diagonal y la mandó afuera sin marca alguna y luego arrancó Messi con un toque para Lavezzi quien se la cruzó para Higuaín, quien llegó apenas tarde arrojándose casi pegado a un poste.

Con Messi apagado y Javier Mascherano sobrepasado en el medio, durante los 30 minutos de la prórroga Chile estuvo a punto de liquidar el duelo cuando un remate de Marcelo Díaz se fue apenas desviado y poco después se perdió otra clarísima Sánchez.

Muy loable lo de Chile, que primero puso contra las cuerdas y después noqueó en los penales, a un equipo que salió a la cancha con tan solo cuatro cambios con respecto a la final mundialista de Brasil 2014 que perdió ante Alemania: Nicolás Otamendi por Ezequiel Garay, Pastore por Enzo Pérez, Di María por Lavezzi y Agüero por Gonzalo Higuaín.