Como uno de los mejores baloncelistas de la NBA, Carmelo Anthony ha vivido muchos grandes momentos en el deporte. Está acostumbrado a recibir ovaciones y aplausos mientras hace lo suyo en las canchas de baloncesto.

No obstante, los aplausos que recibió anoche tenían un sabor especial. No eran por sus ejecutorias en la cancha, sino por devolverle algo especial a un público puertorriqueño hambriento de fútbol.

Anthony fue uno de los grandes protagonistas en la velada de anoche en el estadio Juan Ramón Loubriel de Bayamón, donde el Puerto Rico Football Club (PRFC) disputó su primer partido oficial en la North American Soccer League (NASL) ante el Indy Eleven, campeón de la Temporada Primaveral.

Cuatro años después de la desaparición de los Islanders de Puerto Rico, el equipo que ideó Anthony tomó el terreno. Su intención era, según siempre afirmó, darle algo positivo al país que vio nacer a su padre.

El juego, celebrado antes más de 7,000 personas, terminó igualado, 1-1, luego que el equipo visitante lograra el gol del empate en el último minuto.

“Hemos estado trabajando en esto por mucho tiempo. Ha sido más de un año desde que comenzamos esta conversación para traer el fútbol de regreso. No estoy nervioso, es ansiedad de comenzar esto y saber que las personas en la Isla tienen algo por qué esperar semanalmente”, expresó Anthony a preguntas de Primera Hora antes de arrancar el partido.

Anoche, el baloncesto no existía para Anthony. Incluso, durante las entrevistas con los medios presentes, declinó hablar de la NBA y las movidas que han realizado sus Knicks de Nueva York. Todo era fútbol.

Anthony llegó al estadio unos 45 minutos antes que iniciara el juego. Vestía la camisa naranja del PRFC con una gorra. Si no fuera por sus 6’8” de estatura, cualquiera lo vería como un fanático normal.

Al llegar al Loubriel, ya era evidente la alegría en el Loubriel. Centenares de fanáticos compartían en el “fan zone” designado al frente del estadio, mientras que los tambores no dejaban de sonar.

“Me encantó la atmósfera. La banda, la gente, y los tambores, soy fanático de los tambores. Espero que haya mucha energía”.

Antes de arrancar el juego, Anthony bajó al terreno. Los fanáticos en las gradas le aplaudían, mientras el enebeísta saludaba para atrás. Se disfrutó la experiencia, pues hasta formó parte de la reunión entre los capitanes de ambos clubes y el árbitro.

“Hubiera querido hacer muchas cosas, pero es solo el primer juego. Seguiremos construyendo”, afirmó.

No hay presión de ganar...por ahora

Como deportista, Anthony es una persona muy competitiva. En la NBA, no ha tenido suerte de aspirar por el campeonato, y sus Knicks suman tres temporadas perdedoras consecutivas. 

Así que cualquiera pensaría que siente presión por poner de inmediato un equipo ganador en la NASL, pero Anthony solo predica paciencia y máximo esfuerzo.

“Mientras que los muchachos pongan el esfuerzo y la energía en el campo, y jueguen duro, no deben salir del campo con la cabeza abajo. Así lo veo yo. Queremos ganar y todos queremos ganar, pero a veces no se trata de victorias y derrotas, sino el esfuerzo que ponga”, dijo Anthony, consciente de que el PRFC es un equipo de expansión.

Sobre el establecimiento de la franquicia, Anthony reveló que fue “más difícil” de lo que pensó. Sin embargo, está satisfecho.

Además, reconoce el duro panorama en la Isla y el hecho de que sus predecesores en el fútbol, los Islanders, dejaron de jugar en el 2012 por problemas económicos. 

No obstante, “Melo” le da la bienvenida al reto y aseguró que todo estará en sus manos. En su carrera, Anthony ha devengado un salario de más de 158 millones de dólares, según la página de Basketball Reference.

“Lo bueno es que controlo eso (el aspecto económico). Todo puede pasar, y a veces uno pone su fe las manos de otras personas. Pero todo está en mis manos, lo controlo, puedo crear lo que quiera, hacer lo que quiera. Vamos a estar aquí por mucho tiempo”, aseguró Anthony, de 32 años.

“Miro a las oportunidades, las situaciones. Y creo que Puerto Rico era mi mejor situación. Hay mucho positivo. Mucho crecimiento. Hemos crecido juntos”, sentenció.