Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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La mañana del martes, 11 de septiembre de 2001, comenzó normal dentro de la rutina de Félix “Tito” Trinidad.
El entonces campeón mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) se encontraba en Nueva York realizando los ajustes finales a su preparación para el combate ante el estadounidense Bernard “Executioner” Hopkins, que sería el sábado, 15 de septiembre en el Madison Square Garden.
Pero un suceso cambió los planes y, a su vez, la historia.
Luego de completar una carrera matutina, Trinidad regresó a su habitación del hotel Double Tree en la zona de Times Square en Manhattan. Recibía un masaje cuando, de repente, alguien de su grupo de trabajo recibió una llamada para alertarles que algo había ocurrido en la ciudad.
Enseguida, Trinidad encendió el televisor más cercano para ver las noticias y las primeras imágenes de una nube negra de humo que salía desde unas de las torres del World Trade Center. Minutos antes, a las 8:46 a.m., el vuelo 11 de American Airlines que había sido secuestrado por cinco terroristas, fue estrellado contra la torre norte.
Trinidad estaba supuesto a realizar un entrenamiento abierto a la prensa en un gimnasio cercano a las Torres en la mañana de ese día y todavía tiene fresco lo ocurrido, así como lo que pasó los días siguientes.
“Estábamos en mi habitación hablando de cosas cuando nos enteramos y buscamos las noticias. Fue algo que no lo podíamos creer. Nos avisaron en el hotel que teníamos que bajar al lobby, nos preparamos y bajamos con calma ya que, en el momento, tampoco fue necesario salir corriendo. Estaba sorprendido ya que no es algo que uno espera”, recordó Trinidad en entrevista con Primera Hora desde una de sus residencias en Río Grande.
Lejos de sentir temor, el púgil mantuvo la calma y se comunicó con su esposa Sharon Santiago, quien estaba en Puerto Rico con las hijas de la pareja, para informarle que estaba bien.
“No recuerdo el momento preciso, pero me pude comunicar con Sharon para decirle que estaba bien. Aunque estaba un poco nerviosa, tan pronto escuchó mi voz, se tranquilizó”, compartió.
Luego de unos minutos en el vestíbulo de la hospedería, Trinidad regresó a la habitación justo antes de que un segundo avión fuera estrellado, esta vez contra la torre sur del World Trade Center.
“Ahí fue que todos pensamos ‘¡wow!’. En mi vida me había imaginado que algo así ocurriría. Fue devastador para Estados Unidos, algo bien triste por todas las personas que murieron, pero en especial por los puertorriqueños que posiblemente perdieron sus vidas en los atentados”, recordó.
Los entrenamientos que Trinidad tenía programados para ese día fueron cancelados debido a que el gimnasio en que entrenaba estaba ubicado a pasos de las Torres Gemelas (en Church Street), que colapsaron 105 minutos después de los impactos. En su lugar, permaneció en el hotel, lamentando y, hasta cierto punto arropado por un sentimiento de impotencia ante lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Sin embargo, Trinidad se rehusó a quedarse de brazos cruzados.
“Junto con Don King (su promotor), en dos ocasiones distintas, fuimos a repartir comida. Algunas personas me reconocían, otras no, pero King les decía que iba a pelea con Hopkins en el Madison Square Garden. Ayudé en lo que podía llevando comida a algunos lugares y visitando otros en un carrito de golf por donde se podía pasar. Al par de días se comenzó a sentir el aroma a cuerpos (descompuestos) y fueron unos días difíciles no solamente para mí, sino para todas aquellas personas que habían perdido a un familiar o a un amigo”, dijo.
El evento boxístico que Tito protagonizaría fue aplazado para una futura fecha. La ciudad prácticamente se paralizó, con excepción de los trabajos de rescate en la Zona Cero y no estaba claro si, en efecto, se daría el combate.
“Desde el día de los atentados, surgió la incertidumbre de lo que iba a pasar con la pelea. El miércoles de esa semana me informaron que no iba y tampoco se sabía cuándo. El 19 o 20 de septiembre, King finalmente nos informó que la pelea iba. Aunque me cuidaba y me mantuve en peso y listo, en ese momento me afectó un poco (lo que estaba pasando en la ciudad) porque siento por el dolor ajeno. Muchas personas murieron y fue algo que no debe ocurrir en ningún lugar”, indicó.
Primera Hora: ¿Pasó la pelea a un segundo plano?
“Sí, había que esperar para saber cuándo sería. Después de entrenar durante tantos meses para que de momento la pelea se cancelara por los atentados”.
¿Entiendes que el que se haya hecho la pelea semanas después, ayudó para que la ciudad volviera a la normalidad lo más pronto posible?
“Esas cosas se las dejé en manos de mi papá (Félix Trinidad), quien habló con King y se decidió que la pelea sería el 29 de septiembre. Lo mío no era presionar para que se hiciera, lo mío era entrenar, escuchar las instrucciones y estar listo para subir al ring. Aunque confieso que no estaba al 100 por ciento por los atentados, estaba para pelear”, compartió.
La noche del 29 de septiembre la pelea subió a escena en el Madison Square Garden y Trinidad perdió por nocaut técnico ante Hopkins, la primer derrota de su carrera.
Pero, dada su cercanía al lugar del ataque aquella mañana del 11 de septiembre, al menos Tito está vivo para contar los sucesos que marcaron la historia.