De aquella excelente cepa de campeones mundiales boricuas de la década del 70 y 80, el púgil Samuel Serrano es el más reciente inmotal del deporte boricua.

Serrano fue exaltado este domingo al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño y se une en ese recinto a otros campeones de aquella época dorada del boxeo boricua, como Wilfredo Gómez, Wilfredo Benítez, Alfredo ‘El Salsero’ Escalera, Víctor ‘Luvi’ Callejas, Wilfredo Vázquez y Ángel ‘Cholo’ Espada.

Y contó en un aparte con la prensa, que sigue una vida tranquilo entre Toa Baja y Arecibo, entre campeones nacionales.

“Estoy en Levittown. En Arecibo también, en donde tengo una propiedad y en donde reúno todos los años a los campeones nacionales y jugamos dominó, comemos, escuchamos música. Hasta Chegüí (Torres), que descanse en paz, fue allí“, contó.

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Serrano fue un sólido campeón mundial entre los 70 y 80 en la división junior pluma. Defendió el campeonato 10 veces, muchas de esas en el exterior, lo que le dio el nombre del ‘Campeón Viajero’. Su cantidad de victorias (57) hablan de otra época del boxeo.

Va a cumplir 72 este noviembre y se mantiene en un peso como para subir al ring. De hecho, en la ceremonia de exaltación, Serrano posó y lanzó combinaciones de golpes al aire durante la sesión de fotos. Luce físicamente en excelente condición física.

Dijo que hace ejercicios, pero que no se involucra con el boxeo.

Y agregó que aprendió de sus errores, sobretodo en la parte mental de su vida.

“La vida hay que controlarla. Hago ejercicios. Uso mucho la mente, que es el poder de nosotros. Lo comprobé cuando estuve limitado (preso). Estuvo nueve años limitado y aprendí a bregar con la mente. En esa ruta. Eso fue la ganancia”, dijo, quien estuvo preso entre finales de los 80 e inicios de los 90 por tráfico de drogas.

Serrano es el primer boxeador exaltado al Pabellón desde la Clase del 2018, que reconoció a Luis Francisco Ortiz.