Cae otro campeón.

Román "Rocky" Martínez  perdió esta tarde su cetro junior ligero de Organización Mundial de Boxeo cuando Ricky Burns lo doblegó por decisión unánime, 115-112, 115-112 y 115-113.

Con el apoyo de una casa llena en su natal Escocia, Burns (29-2, 7KO) pareció sorprender a Martínez (24-1-1, 15KO) con su agresividad y pegada, y con la relativa facilidad con la que aguantó la presión constante de Burns en lo que fue una batalla campal.

El retador salió al ataque desde el campanazo inicial, y dominó ampliamente ese primer asalto hasta que Martínez lo sorprendió con una recta de derecha que derrumbó a Burns pero no pareció lastimarlo.

El boricua lució algo descontrolado en los próximos rounds, buscando el nocaut con unos intentos salvajes, mientras que Burns demostró que se sentía cómodo yéndose de tú a tú con "Rocky" y lo castigó fuertemente durante los próximos asaltos, sobre todo con poderosos uppercuts cuando Martínez se le acercaba.

De hecho, Burns llegó a lastimar al púgil boricua en el quinto asalto, atrapándolo contra las cuerdas, pero Martínez pudo aguantar los puños más feroces de su contrario y contragolpeó con eficacia. Aún así, Burns siguió atacando y lastimó otra vez a Martínez en los últimos segundos del asalto, tanto así que el boricua seguramente se sintió aliviado cuando sonó la campana.

Ese susto pareció despertar un poco a Martínez, que se convirtió en el agresor durante los siguientes asaltos. Tanto en el séptimo como el noveno round, Martínez alcanzó a Burns con poderosos golpes en las postrimerías de cada episodio y presionó buscando el nocaut. Fue entonces Burns el que lucía cansado y herido y se benefició de que sonara el campanazo final de los asaltos.

Martínez, sintiendo correctamente que perdería por decisión si el combate duraba los doce asaltos, volvió a atacar buscando el nocaut en los últimos tres rounds, pero a Burns le quedaba suficiente energía para moverse y contragolpear efectivamente. A pesar de que "Rocky" logró conectar varios golpes sólidos, nunca pudo concretarse el nocaut que hubiese necesitado.