Los Ángeles. Había un premio más grande sobre la pelea de título mundial súper welter de la AMB de Terence Crawford frente a Israil Madrimov.

Crawford intentaba retener su corona como el mejor boxeador libra por libra en el mundo, mantenerse invicto, y convertirse en campeón de cuatro divisiones, todo lo cual consiguió con la victoria por decisión el sábado.

Todo eso palidece en comparación con el panorama de una súper pelea frente al mexicano Saúl Canelo Álvarez, una que podría valerle cientos de millones de dólares a Crawford y que elevaría su posición en el deporte.

“Canelo, estamos listos para (pelear en) febrero”, dijo Turki Alalshikh, el político y financiero de Arabia Saudita que estuvo detrás de la cartelera Crawford-Madrimov. “Crawford listo. Acepta”.

El músculo financiero para hacer que suceda la pelea existe, pero Crawford (41-0, 31 nocauts) no estaba reconsiderando el mérito deportivo luego de un resultado más cerrado de lo esperado ante Madrimov.

Crawford detuvo a sus oponentes en 11 combates consecutivos, pero esa racha terminó en su primer pleito en las 154 libras. Madrimov fue capaz de manejar e igualar el poder de Crawford, haciendo que la pelea fuera astutamente táctica.

Teniendo que subir a ganar peso nuevamente para enfrentarse a un Álvarez de mayor tamaño, quien defenderá su título súper mediano ante Edgar Berlanga el 14 de septiembre en Las Vegas, podría ser un paso muy adelantado.

Eddie Hearn, el promotor que representa a Madrimov y que previamente trabajó con Álvarez, describió el potencial enfrentamiento ante Álvarez en las 168 libras como un “salto enorme” para Crawford.

Madrimov estuvo de acuerdo en que la disparidad en tamaños podría ser demasiado para que Crawford la supere.

“Depende en qué peso peleen, pero si lo hacen en el peso de la categoría en la que pelea Canelo actualmente, pienso que sería muy difícil para Crawford”, dijo Madrimov a través de su manejador, Vadim Kornilov.

Brian McIntyre, entrenador de Crawford, dijo que su peleador necesitaría un realce de atleticismo para un combate contra Álvarez.

“Pon en forma esas piernas, hombre, porque debes moverte. … Vas a necesitar movimientos de lado a lado ante Canelo”, dijo McIntyre.

Esas inquietudes podrían ser lo que hace que el combate sea tentador para Crawford. El nativo de Omaha, Nebraska, se ha enfrentado por mucho tiempo con la lógica convencional en el juego de la pelea, quizás en detrimento suyo al comienzo de su carrera.

Ahora con 36 años, Crawford está en posición de ser la pieza central del deporte. Eso podría venir ante Álvarez, pero Alalshikh también respalda a Crawford y al invicto Vergil Ortiz Jr. en las 154 libras como una pelea igual de intrigante en caso de que Álvarez decline.

McIntyre mencionó un posible pleito ante Sebastián Fundora, quien posee los cinturones súper welters de la CMB y OMB.

“Ustedes saben que Terence está casi terminado, así que está reafirmando su legado”, dijo McIntyre al ser preguntado sobre el siguiente oponente de Crawford.

Y para un pugilista que ha estado mayormente en su carrera eclipsado por figuras tales como Álvarez, Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, la estructura del evento en el estadio BMO, que incluyó un concierto del rapero Eminem, previo al combate, fue aparentemente diseñado para establecer a Crawford a ese nivel.

Hearns cree que un poco de ese polvo mágico le cayó a Madrimov, uzbeko de 29 años, durante su inspirada presentación.

“Igual hubiéramos preferido ganar, pero las acciones de Israil Madrimov tuvieron un alza a nivel mundial y el futuro es muy brillante”, dijo Hearns.