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Manny ‘Pac Man’ Pacquiao tendrá un espacio en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional, independientemente del resultado de su próximo combate.
Sin embargo, con 40 años y la acumulación de traumas por haber realizado 70 peleas a nivel rentado, el filipino persigue un último minuto de gloria cuando enfrente a Keith Thurman mañana, sábado, en el MGM Grand en Las Vegas, Nevada.
Pacquiao (61-7-2, 39 KO) recuperó un poco de brillo luego de una sorpresiva derrota ante Jeff Horn en julio de 2017 con convincentes victorias sobre Lucas Matthysse y Adrien Broner.
Ganarle a Thurman representaría el pretexto perfecto para reclamar una revancha contra el retirado Floyd Mayweather Jr. Una derrota lo limitaría a oponentes de segunda clase para otra paga que pueda sostener su estilo de vida.
El entrenador Freddie Roach confía en su pupilo.
“Manny ganará por nocaut en nueve asaltos y luego le pedirá la revancha a Mayweather”, dijo Roach. “Con un Pacquiao saludable, sin lesiones, la historia será distinta, así que veremos si Floyd vuelve cuando vea a Manny”.
El problema es que Thurman (29-0, 22 KO) está en otra categoría. Es 10 años más joven que Pacquiao, Thurman también lo supera en alcance (69” vs. 67”) y estatura (5’8” vs. 5’6”). El monarca wélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) está determinado en terminar con la carrera de Pacquiao.
“Nadie debe perderse la pelea, especialmente porque será la última de ese hombre. Iré por el nocaut”, advirtió Thurman.
No obstante, han transcurrido cuatro años desde que Thurman ganó una pelea dentro del límite. Eso fue en el 2015 ante Luis Collazo. Asimismo, el estadounidense atravesó por casi dos años de inactividad por una lesión.