Todavía es la hora en que Oscar Collazo no ha pegado la oreja en la almohada.

Llegó el lunes desde Arabia Saudita a su pueblo natal de Villalba y lo menos que ha hecho desde entonces es descansar merecidamente, luego de haber unificado títulos en ese distante país con un nocaut que llegó en minutos pero que tomó meses de preparación para que así de rápido llegara.

Lo más que ha hecho es pararse frente a cámaras, ante periodistas y el pueblo que le pregunta sobre la victoria y que le agradece su representación. Ha estado de ‘media tour’ desde entonces, con la estámina que le sobra luego de haber vencido el sábado al tailandés Thammanoon Niyomtrong para unificar los títulos OMB y AMB de las 105 libras.

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Pero no tiene problemas con posponer el descanso para priorizar en la tercera función de los campeones, que luego de entrenar y pelear, tienen que atender los medios noticiosos.

“Son cosas que hay que hacer. Son cosas que vienen con el trabajo “, minimizó. “Hay que hacer lo de boxeador profesional y lo de nuestra vida privada”.

Y es que Collazo desea, y su compañía promotora lo impulsa, a convertirse en una superestrella del boxeo mundial, como lo pronosticó recién, luego de verle unificar títulos, alguien que sabe de alcanzar esos niveles, Oscar de la Hoya.

“Para eso trabajo todos los días, para ser el mejor, para ser grande en el deporte, dejar un legado, para ayudar a mi familia y a mi equipo de trabajo porque esto es un equipo. Sé que vamos por el camino para ser personas grandes desde los pesos mínimos”, dijo el campeón de la división de menos peso corporal en el boxeo.

Los medios son una plataforma para llegar a esos niveles, pero hay muchas áreas detrás de hablar, posar y reír con las que Collazo está trabajando para llegar al nivel de superestrella, comenzando con sus ejecutoria dentro del ring.

Collazo está consciente, naturalmente, que los pesos bajitos como él tienen que hacer mucho más que los pesos completos para llamar la atención y poder llegar a los niveles de superestrella. Mike Tyson, por ejemplo, llamó la atención el pasado fin de semana sin dar un espectáculo boxístico y luego de más de dos décadas de retirado.

Collazo, quien tiene marca de 11-0 con ocho nocauts, sabe también que la manera de compensar esa brecha entre los pesos bajos y los completos, es darle a la fanaticada lo que les hace delirar: propinar nocauts. Así capitalizaron pesos bajitos que hicieron nombre como el mexicano Ricardo ‘Finito’ López, quien fulminó a 38 de sus 51 víctimas, y el japones Naoya Inaue, quien suma 25 nocauts en 28 victorias.

Y dijo que, sin ser un pegador natural, ha tenido que transformarse como boxeador para convertirse en un noqueador.

“A la gente le encantan los nocauts y estamos noqueando como lo hacen los pesos grandes. Los que me conocen saben que como aficionado era técnico, que peleaba hacia atrás y nunca golpeaba con los nudillos, porque así es el boxeo olímpico. Al hacer la transición al profesionalismo había que hacerlo con fuerza, con pegada. Con mis entrenadores Carlos Ortiz y Juan de León, el doctor Quique Negrón y mi hermano Tito, que me trabaja el físico, hemos trabajado desde el día uno para progresar. Cuando comencé el trabajo físico hacía 115 libras de quad. Ahora hago 340 libras. El cambio está. Se ha visto y me he fajado. Ahí está la diferencia”, reveló.

El entrenador Ortiz ha estado abierto a trabajar científicamente junto a De León para que el desplazamiento y los golpes de Collazo estén técnica, y dar ‘seco a la bola como se dice en términos de béisbol. Y Negrón busca potenciar la fuerza y recuperación a Collazo por medio de evaluaciones médicas y alimentación, incluidas vitaminas, de acuerdo al entrenamiento moderado o cargado del púgil.

“Con la pegada sí se nace. Pero también se trabaja para que la pegada se fortalezca entre el trabajo que hace el doctor, llevando los nutrientes a los músculos, la parte física, que hace más fuerte el músculo, más rápidos los movimiento y causa una potencia, y la parte técnica, que hace que el golpe salga en el ángulo correcto y con los nudillos como área de impacto”, resumió De León.

El campeón mundial Oscar Collazo sonrie en entrevisa que hizo este jueves en San Juan.
El campeón mundial Oscar Collazo sonrie en entrevisa que hizo este jueves en San Juan. (Carlos Rivera Giusti)

Por lo demás, para efectos de proyección, la compañía Miguel Cotto Promotions tiene un buen cliente en Collazo porque el boxeador es manejable, sabe lo que tiene que decir, domina el inglés porque vivió en Estados Unidos hasta los 7 años, y su español es natural, además de que tiene una limpia apariencia.

Colllazo dijo, inclusive, que se ha disciplinado para corregir sus expresiones verbales. Dijo que en un principio hablaba tan rápido que no se hacía entender bien y agregó que, por medio de lecturas de textos, ha mejorado su ‘delivery’.

Bryan Pérez, de Miguel Cotto Promotions, dijo que no es política de la compañía adiestrar a los boxeadores y agregó que Collazo les hace más fácil su trabajo porque llegó a ellos con una proyección natural.

“Es que él es genuino”, describió Pérez a Collazo.