El campeón mundial, el villalbeño Oscar ‘Pupilo’ Collazo ya había metido la combinación de óper y gancho ganadora. También le habían levantado sobre el ring la mano ganadora y le habían colocado los cinturones de campeón mundial. Solo le faltaba un hecho para sentirse completo.

El hecho: llegar a Puerto Rico tras su victoria sabatina, lo que hizo este lunes en la tarde en el aeropuerto Luis Muñoz Marín.

Allí fue íntimamente recibido por su familia y los boricuas viajeros que reconocieron el villabeño que unificó los títulos de la OMB y AMB del peso mínimo el sábado en Arabia Saudita.

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“Es especial llegar aquí. Ya cuando uno llega es que dice ‘pues lo hice’, y ahora puedo a celebrarlo bien con mi familia, con mi equipo”, dijo Collazo quien agradeció a Dios por el trabajo que hizo unificando títulos en el peso mínimo ante el tailandés Thammanoon Niyomtrong.

Oscar Collazo muestra aquí sus dos coronas del peso mínimo.
Oscar Collazo muestra aquí sus dos coronas del peso mínimo. (Xavier Garcia)

Collazo no peleará más en el resto del año. Aunque salió ileso del combate del sábado, descansará y regresará a pelear entre enero y febrero, posiblemente en una defensa titular, dijo Juan de León.

“A finales de año me caso. Terminamos el año con broche de oro. Ya el año que viene queremos a los mejores peleadores y las mejores defensas, jugar con los títulos”, abundó Collazo.

El tercero de cuatro hijos varones de Janet y Tito Collazo fue abrazado por su esposa Bethmarie Vélez, con quien contraerá matrimonio oficialmente este diciembre, así como por sobrinas y sus padres que le llevarían de regreso a Villalba para un merecido descanso.

Collazo luce como un genuino tío a juzgar por lo apegada que son las sobrinas, así como un hombre de familia.

“Desde un principio la familia ha estado conmigo. Es un pilar de mi vida. Están conmigo desde el día uno y por ellos es que hago estas cosas porque creen en mí, y el día en que pierda van a seguir creyendo en mí”, dijo.

Oscar Collazo, levanta los brazos en señal de triunfo, tras su combate el pasado sábado.
Oscar Collazo, levanta los brazos en señal de triunfo, tras su combate el pasado sábado. (Suministrada / Miguel Cotto Promotions)

Collazo es del pueblo de los Avancinos. Llegará callado a Villalba -al menos así lo intentará- para descansar de meses de entrenamientos para la pelea que hizo el sábado y de horas de viajes y escalas desde Arabia Saudita a San Juan a Villalba.

Villalba tiene que darle tiempo al campeón, que desea el equivalente al caldo de gallina de Tito Trinidad.

“Voy para mi casa. Quiero ir para mi casa. Esos viajes fueron larguísimos, de sueños perdidos. Quiero la cama calientita y un fricasé de pollo que sé que mi esposa y mi padre lo tienen por ahí“, dijo.