El 3 de enero de 2010 es una fecha que Miguel Cotto nunca olvida.

Ese día falleció su padre Miguel Cotto Carrasquillo mientras conducía por una carretera rural en Caguas. A penas tenía 55 años.

La presencia del patriarca de la familia fue constante en cada una de las peleas de sus hijos Miguel Ángel y José Miguel. Fue quien tocaba a la puerta a las 4:00 de la madrugada para darles el aviso de que era hora de levantarse para ir a la pista para la carrera matutina.

Fue él quien, junto a su esposa Juana Vásquez, ofrecieron consejos, aliento, sanaron heridas y los impulsó para ser ciudadanos de provecho. Miguel confirma que sin su padre, tal vez no hubiese acumulado los éxitos y el reconocimiento que lo llevarán a ser exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York, este próximo domingo,12 de junio.

“Hay un refrán que dice padre puede ser cualquiera y madre solo hay una. Lo decía al revés, pero me di cuenta que mi madre es muy sabia. Antes de que sus hijos llegaran a la tierra, ella se encargó de educar y preparar al mejor padre del mundo”, compartió Cotto.

Cotto Carrasquillo tuvo una carrera militar de 25 años. Sirvió en la Guardia Nacional de Puerto Rico para luego concentrar sus energías en el boxeo aficionado. Durante años cultivó jóvenes con el potencial de representar a la isla en competencias internacionales y, eventualmente, en el boxeo rentado.

“Estoy seguro que la estabilidad mental y familiar que disfruté gracias a esos dos seres humanos fueron claves para poder sobrellevar el tener una familia a temprana edad, el fracturarme un brazo así como tantas cosas que llegaron a mi carrera. Creo que se lo debo a dos seres que por suerte puedo llamar papá y mama”, sostuvo.

En las actividades en preámbulo a la exaltación, Cotto estará acompañado por todos los miembros de su familia, así como algunos allegados. El expúgil no duda que su padre estará presente disfrutando cada momento.

“Siento la satisfacción de entender qué hicimos bien, y cuando hablo en plural me refiero a mi vieja, mi viejo y a mis hermanos que fueron las personas que ayudaron en el ámbito del boxeo. Esto es un reconocimiento a mi familia, a mi padre, el eje de nuestra familia, a mi madre --la persona más dedicada que he podido conocer. Ahora sueño con ver a mis hijos realizados en sus vidas y que llegue ese momento en el cual tengan hijos, lleven los nietos y disfrutarlos”, afirmó.

Cotto destacó al momento de su entrevista con Primera Hora que estaba dando los toques finales al discurso que ofrecerá durante la ceremonia.

“No será largo. Hablaré de quien se tiene que hablar ese día. El 3 de enero de 2010, fue el día que mi padre falleció y no se ha ido de mi lado. Todavía siento su presencia”, concluyó.