No comparten el mismo apellido, nacieron en tierras distintas y estuvieron más de una década separados, pero los lazos de sangre entre los hermanos Thomas Dulorme y Starling Cordero son más fuertes que nunca.

Los jóvenes boxeadores son hijos de los dominicanos Thomas Dulorme de la Rosa y Carmen Maritza Cordero. Durante una vacaciones, en la isla de San Martín, donde Dulorme padre tiene familia de descendencia francesa, llegó Thomas al mundo hace 22 años.

Un año más tarde, de regreso a la capital dominicana, vio la luz por primera vez Starling, de 21 años.

“Es un tema complicado lo del apellido”, dijo Starling con una tierna sonrisa. “Dulorme (Thomas) lo puede explicar mejor”, continuó el menor de los hermanos.

“Somos hermanos de padre y madre, eso que quede claro”, advirtió Thomas con orgullo.

“Antes de que Starling naciera en Santo Domingo nuestros padres se separaron, pero ellos siempre han estado ahí. Mi padre siempre ha estado pendiente de nosotros, va a las peleas y todo, es que no se dio la oportunidad de ponerle el apellido a él”, aclaró Thomas.

Starling sostuvo que no le preocupa y que ha hablado del tema con su padre, pero en este momento no es prioridad para ninguno de los dos.

“Mi padre siempre nos apoya y nos ha enseñado buenos valores. Ha estado en nuestras peleas al igual que mi mamá; aunque ella, como madre al fin, no le gusta ver sangre, los golpes y se pone nerviosa”, explicó el menor de los púgiles.

“Aunque nuestro padre es contratista, siempre le gustó el boxeo y eso lo aprendimos de él. Además, siempre nos dijo que era importante estudiar e ir a la universidad”, añadió Thomas, quien hace unos meses recibió el diploma de delineante en el Liceo de Arte y Tecnología, en Hato Rey, donde su hermano menor comenzará a estudiar lo mismo en las próximas semanas.

“No es porque Dulorme estudió eso, es que me gusta y porque siempre aprendimos eso con mi papá”, aclaró Starling, quien había comenzado a estudiar ingeniería civil en la Universidad Politécnica, en Hato Rey.

El más joven de los hermanos llegó a Puerto Rico a los 13 años y desde entonces se han buscado para recuperar el tiempo perdido.

“Siempre estamos juntos. Entrenamos en el mismo horario en el gimnasio y nos pasamos viendo películas en el cine o en mi casa”, señaló Thomas.

“Desde que llegó, siempre nos buscamos y cuando él está de viaje, me hace falta. Paso por la casa a buscarlo para ir a correr y, cuando toco bocina, me acuerdo que no está”, agregó entre risas el fuerte pegador.

Ambos, vecinos y residentes en Villa Carolina, entrenan en la Escuela de los Deportes, en Carolina, bajo la supervisión de José Bonilla.

“Siempre es bueno tener un hermano mayor que sirva de inspiración. No tengo presión por ser el hermano de Dulorme. Tengo el talento y quiero seguir los pasos de él y ser grande como él, porque sé que será campeón mundial”, relató Starling.

Thomas pelea en las 147 libras y esta semana fue clasificado número uno en su peso por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Con récord de 15-0 y 12 nocauts, sueña con ser campeón mundial en un futuro al igual que su hermano menor, quien debutó como profesional en noviembre pasado y luce una foja de 3-0 con dos anestesiados.

Aunque los dos confesaron tener parejas, señalaron que están enfocados en sus carreras y en el duro camino que les toca recorrer en el boxeo profesional para realizar sus sueños.

“Tengo 15-0 y me ha costado mucho trabajo y mucho entrenamiento llegar hasta ahí. Quiero que él (Starling) lo sepa también, que tiene que amar esto. Amo entrenar, hacer sparrings… amo lo que hago y eso es importante para triunfar”, aconsejó Thomas a su hermano menor.

Pero Starling también le dio su recomendación a Thomas.

“Él ha trabajado duro para llegar donde está. Hay mucha gente que se acerca diciendo que le hará bien, pero debe de tener cuidado. Lo importante es que esté enfocado y que siempre esté positivo para que siga adelante”, concluyó.