Luego de ganar la medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, la boxeadora puertorriqueña Krystal Rosado dio el salto al profesionalismo, pero de la mano de la siete veces campeona divisional Amanda Serrano.

Con Serrano como manejadora, Rosado comenzó con el pie derecho su carrera en el boxeo rentado al conseguir dos victorias por decisión unánime en apenas dos meses.

No es sorpresa para muchos. Además de un impresionante paso por el aficionado, cuenta con la mentoría de una de las mejores boxeadoras en la historia. Una oportunidad y exposición que no piensa desaprovechar.

“Ellos me acogieron como su familia y yo digo que tengo ese gran apoyo de ella tanto fuera como dentro del ring... Para mí, esto ha sido otro nivel pelear profesional en estos eventos grandísimos. En mi segunda pelea, yo me sorprendí mucho porque Puerto Rico, literalmente, estaba allí con todo el mundo gritando y ondeando las banderas”, expresó Rosado.

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La púgil, de 21 años, fue parte de la cartelera que protagonizó Serrano el pasado 27 de octubre en Orlando, Florida. Allí enfrentó a la húngara Kata Pop en una pelea a cuatro asaltos. Pero a diferencia de su primer combate profesional, en esta ocasión la boricua tuvo que superar un obstáculo con el que nunca se había topado en su carrera.

En el primer asalto, Rosado tuvo una cortadura en su rostro como resultado de un cabezazo con Pop. Con tres asaltos por pelear, esto podría causar serios problemas de visibilidad para la boricua con la sangre cayendo en sus ojos, pero Rosado sacó su cría y, simplemente, se motivó más para apuntarse el triunfo.

“Yo sentí que me rajó y cuando mire para el piso vi la sangre, pero rápido pensé que tenía que pelear y demostrar. Con cada gota que caía, yo tenía que demostrar que podía (seguir) porque me podían parar la pelea. Con la adrenalina, ni estuve pendiente, nunca me limpie ni nada, al contrario, quería pelear y tenía más energías”, relató la carolinense.

“Pasé por esa experiencia que muchos boxeadores pasan después (en sus carreras) y ya sé que se siente. Ya para una segunda ocasión sé lo que tengo que hacer sin desesperarme”, agregó.

Por su parte, Serrano recalcó que se siente sumamente orgullosa de Rosado debido a que comentó que a veces las boxeadoras les causa pánico ver sangre, pero ese no fue el caso de la joven boxeadora.

Adentrada en el profesionalismo, Rosado abundó que ahora entrena el doble sus movimientos y condición física a cuando era aficionada, siempre contando con los consejos de la campeona indiscutible de peso pluma.

“(Serrano) me aconseja mucho. Ya ella ha pasado por todo, me dice cómo pelearle a las boxeadoras de acuerdo a su estilo y siempre está en mi esquina”, indicó.

Al igual que Serrano, Rosado no volverá a subirse al cuadrilátero por lo que resta del año, pero apunta a regresar el 2024.