Iván Calderón: “Todo lo que hicimos fue perfecto”
A días de ser exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, Iván Calderón abre a Primera Hora las puertas de su casa para repasar su gloriosa carrera.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
PUBLICIDAD
Caguas. Iván Calderón era un adolescente cuando despertaron en él unas ambiciones, sin sospechar hasta dónde podía llegar.
Sí contemplaba la lejana posibilidad de que algún día sería un campeón mundial en el boxeo rentado, pero jamás imaginó que, 23 años después de vencer en su primera pelea profesional a Sergio Díaz por nocaut técnico en el primer asalto, acompañaría a los otros 11 púgiles puertorriqueños que adornan el Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
Calderón será exaltado este próximo domingo en Canastota, Nueva York. Los otros boricuas inmortalizados son Sixto Escobar, Pedro Montañez, Carlos Ortiz, José “Chegüi” Torres, Wilfredo Gómez, Wilfred Benítez, Edwin “Chapo” Rosario, Félix “Tito” Trinidad, Héctor “Macho” Camacho, “Cocoa Kid” Herbet Lewis y Miguel Cotto. Además, forman parte del recinto el árbitro Joe Cortez y el fenecido columnista de boxeo Mario Rivera Martinó.
Días antes de viajar hacia Canastota acompañado por su esposa Denisse Maldonado y la hija de la pareja Diannelys, Calderón abrió las puertas de su hogar para conversar con Primera Hora sobre el significado de ser inmortalizado. También acudirán a su histórica exaltación sus hermanas Wanda Maldonado y Mari Hernández, así como Peter Rivera, quien manejó la carrera de Calderón y luego se convirtió en su promotor.
¿Quién fue esa figura clave dentro del boxeo?
“Peter Rivera. Para entonces era mi manejador y fue la persona pendiente a los negocios, particularmente con Top Rank, al recordarles que tenía a un boxeador en Puerto Rico. De mi parte siempre tenía que estar listo porque no sabía cuándo me iban a poner en una cartelera. Fue como el bateador designado... En mi primer año, hice siete peleas”.
Inició en el boxeo aficionado, pero después de completar su participación en los Juegos Olímpicos Sidney 2000, Calderón firmó un contrato de promoción con la empresa Top Rank como parte de un paquete encabezado por Miguel Cotto.
En el 2003, Calderón conquistó la faja de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión de los 105 libras. La defendió con éxito en 12 ocasiones antes de pasar a su siguiente reto, cuando en el 2008 subió a las 108 libras y también se amarró el cinturón de la OMB.
Al final, Calderón cerró el libro en el 2012 con un balance de 35-3-1 con seis nocauts.
¿Piensas que tuviste que hacer el doble o el triple para llegar a los niveles que alcanzaste?
“Siempre. Desde aficionado tuve que adoptar ese papel porque estaba el nombre de Miguel Cotto sonando por haber tenido una carrera de aficionado sólida. Le agradezco a Miguel porque como era parte de un paquete, le tuve que demostrar a Top Rank que también tenía las cualidades. Siempre estaba listo, en peso y no importaron los rivales”.
¿Algo que hubieses hecho distinto?
“Nada. Todo lo que hicimos fue perfecto. Fue un plan perfecto, una mentalidad de Peter Rivera perfecta, mi mentalidad, entrega, motivación, deseo que hizo llegar a donde estoy. Mis hijos fueron parte de la maquinaria para llegar económicamente, para llevarlos a una mejor niñez de la que pasé. Las situaciones que pasé me llevaron a lo que soy”.
Su primera aparición en la boleta de la Asociación de Escritores de América (BWAA, por sus sigles en inglés) fue en el 2017. Después de una espera que se prolongó por siete largos años, Calderón fue escogido como parte de la Clase 2024 que incluye a Ricky Hatton, Michael Moore y Diego Corrales de manera póstuma, además de Jane Couch y Ana María Torres en la rama femenina.
¿Tienes un discurso preparado o será improvisado?
“Lo tengo aquí (señalando a su frente). Nunca he escrito algo. Puede ser que escriba nombres porque no quiero que se me quede alguien. Todo lo que diga, saldrá del corazón”.
Calderón confesó que le causa impresión saber que le hará compañía a los demás boricuas en el Recinto de los Inmortales.
“Y más por ser de un peso pequeño. Nadie pensó que Puerto Rico tendría un 105 o 108 libras en el Salón de la Fama. Mi carisma, sencillez, humildad y los logros sin ser pegador me llevaron a mis logros”, dijo.
¿Cómo controlarás las emociones sabiendo que tu mamá (Nelly Marrero, quien falleció) no estará presente?
“Uno no sabe lo que ocurrirá ese día. Tal vez esa persona transmitirá las fuerzas, a lo mejor me tranco. Siempre he sido el tipo de persona que dice que, si estoy bien preparado, ¿por qué voy a sentir temor? Pero me gusta subir nervioso porque salen palabras que uno no espera”.