Esteban de Jesús: Una leyenda de otro tiempo
El domingo se cumplen 25 años de la muerte de un gran púgil que conmovió al país por sus gloriosos actos dentro del ring y sus erráticas acciones fuera del mismo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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A un mes de la exaltación al Salón de la Fama del Boxeo de Félix “Tito” Trinidad, de seguro surgirán los eternos debates de quiénes han sido los mejores púgiles del patio. En el debate no podrá faltar el nombre de Esteban de Jesús, de quien precisamente este domingo se conmemorarán 25 años de su muerte.
Para las generaciones más jóvenes, De Jesús quizás no es un nombre conocido, pero los que presenciaron sus tres guerras con el panameño Roberto “Manos de Piedra” Durán, incluyendo el pleito en el que le arrebató el invicto al recio pegador en el 1972 en Madison Square Garden, podrían afirmar que el boricua de seguro figura en la lista de los mejores 10 que ha producido el país. Y esto muy a pesar de los problemas que lo plagaron fuera del cuadrilátero, incluyendo sus constantes batallas con las drogas, su encarcelación por asesinato y su trágico final.
“Esteban se ganó bien a Durán y se vio obligado a darla la revancha”, dijo Félix Trinidad padre, quien para entonces todavía contemplaba la idea de iniciar su propia carrera en el boxeo. “Esteban era un caballete. Aunque Durán le ganó dos veces, tuvo la distinción de ser quien le quitó el invicto”.
“Después de esa victoria, las peleas de De Jesús eran transmitidas en Colombia. Le ganó al gran Roberto Durán, quien ya era campeón. La gente comenzó a seguirlo y más todavía luego de su pelea contra Pambelé (Antonio Cervantes) por un título mundial”, recordó Estewil Quesada, periodista de El Tiempo en Colombia, en torno al peleador boricua que fue entrenado por Gregory Benítez, padre del afamado boxeador Wilfredo “El Radar” Benítez.
“Vendía y era atractivo para los aficionados, al nivel que de cuando peleó por tercera vez con Durán en 1978, desde Barranquilla viajaron a Las Vegas para transmitir la pelea por radio”.
Aquel triunfo sobre Durán mejoraría su marca personal a 34-1 con 18 nocauts y le daría credencial internacional por su estilo agresivo, algo que no mermó cuando cayó derrotado ante el panameño en 1974 en la esperada revancha y con el título mundial ligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en juego.
De Jesús tuvo otro revés en su segunda oportunidad de campeonato mundial al caer ante el colombiano Antonio “Kid Pambelé” Cervantes en 1975 por la faja súper ligera de la AMB, pero a la tercera fue la vencida cuando derrotó por decisión al japonés Guts Ishimatsu para coronarse monarca ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en 1976 y defenderlo en tres ocasiones hasta cederlo en pelea unificatoria con Durán en 1978, en la final de la trilogía entre ambos.
Tras su tercera pelea con Durán, De Jesús extendió su carrera por varios años más hasta que falló en su intento por conquistar la corona júnior wélter del CMB ante Saoul Mamby en 1980 y su vida tomó otro giro, no sin antes terminar con marca notable de 58-5 con 33 nocauts.
“Es uno de los mejores 10 boxeadores puertorriqueños de todos los tiempos, podría decir que hasta uno de los mejores por su carrera en términos generales. Las tres peleas contra Duran fueron sensacionales, incluso perdiendo contra él”, resaltó Quesada.
Amargo final
En noviembre de 1981, el destino de De Jesús, dio un giro para lo peor. Durante el fin de semana de Acción de Gracias, fue convicto por el asesinato de un joven de 17 años tras una disputa de tránsito. Su sentencia lo envió a pasar el resto de sus días encerrado en la cárcel. Pero allí se convirtió al cristianismo, al punto, que se hizo en predicador en 1984. También, salió a la luz pública que había adquirido VIH y, luego, sufrió de sida.
Por ello, el gobernador Rafael Hernández Colón le concedió una clemencia e ingresó a un hogar donde le cuidaron hasta el momento de su fallecimiento el 11 de mayo de 1989.
De Jesús apenas duraría un mes en la libre comunidad debido a su avanzado estado de deterioro físico, lo que impulsó a que varias celebridades como el salsero José “Cheo” Feliciano, el ex pelotero Orlando “Peruchín” Cepeda y el propio Durán lo fuesen a visitar.
De hecho, en un momento bien emotivo y a pesar de su condición de HIV- que para 1989 era todo un mito y mucha gente ni siquiera se atrevía a tener contacto físico con pacientes que tuvieran esta enfermedad debido a la ignorancia de cómo se transmitía – Durán sorprendió a todos al cargar a De Jesús en peso desde su cama, abrazarlo fuertemente y darle un beso en la mejilla. Posteriormente, invitó a la hija de De Jesús a hacer lo mismo.
Poco después De Jesús falleció a los 37 años de edad y a pesar de la huella imborrable que dejó impresa por sus logros dentro del ring, aún carece del reconocimiento que merece 25 años después de su muerte.
“Deben darle más valor a lo que Esteban hizo en su carrera. Defendió nuestra bandera en el mundo y tiene sus méritos ya que fue un campeón mundial”, dijo Samuel Serrano, quien entrenó junto a De Jesús. “Todo en la vida es pasajero, las cosas cambian, las personas vienen y van, pero se deja una huella. Los boxeadores somos así, nos olvidan a pesar de le dimos tanta gloria a Puerto Rico. Nadie puede juzgar a otra persona y más cuando estuvo en medicamentos y no era él cuando hizo muchas cosas”, agregó.
Inclusive, cuando la noticia de la partida De Jesús alcanzó otros países, la misma fue recibida como una tragedia.
“Nos llamaron a las 5:30 pm casi para entrar la noche. Los noticiaros de radio lo informó como si fuera un personaje local. Suspendieron la programación del momento para dar la noticia como si fuera de los nuestros Fue un golpe duro para la gente en Colombia”, recordó Quesada.