Big Bear, California— De niño, Saúl “Canelo” Álvarez y sus siete hermanos vendían paletas en su pueblo natal, Juanacatlán, en el estado de Jalisco, en México. Éste era el negocio de su padre, y todos participaban de la empresa.

Aquel chico inquieto de cabello color canela resultó mejor para el boxeo que para las ventas. Abandonó la escuela sin terminar la secundaria para hacerse boxeador profesional a los 15 años y sobresalió rápido en este deporte gracias al impulso inicial de su hermano mayor Rigoberto.

Cinco años después de que su hija naciera y le cambiara la vida, y a una semana de una pelea contra Floyd Mayweather Jr. que puede catapultarlo a la estratósfera , el monarca súper welter de 23 años se perfila como más que un boxeador. Siguiendo los pasos de su promotor y amigo Oscar de la Hoya, Álvarez también está avanzando su carrera como empresario.

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Mayweather, considerado como el mejor boxeador del planeta e invicto en 44 combates, es favorito para la pelea del 14 de septiembre en Las Vegas. Gane o pierda sobre el cuadrilátero, Álvarez puede sacarle mucho provecho a semejante experiencia a tan corta edad, al igual que el roce con De la Hoya, con quien comparte varios puntos en común.

Al igual que el ídolo mexico-estadounidense, Álvarez es un campeón joven, carismático, apuesto y temible en el cuadrilátero. Y ambos han sido considerados en su momento como la gran atracción del pugilismo hispano en Estados Unidos.

“Es una persona que lo podemos ver como un modelo a seguir”, dijo Álvarez sobre De la Hoya durante una entrevista reciente con Prensa Asociada en Big Bear, California, donde entrenó para el combate. “Fue un gran boxeador, un gran peleador, una historia en el boxeo y ahora como promotor, pues es uno de los mejores promotores del mundo, sino el mejor. Así que es una gran inspiración”.

Álvarez menciona a De la Hoya como una de sus grandes influencias.

“Obviamente empecé (en el boxeo) por mi hermano mayor (Rigoberto) y de allí empecé a ver a Julio César Chávez, a Oscar De la Hoya. Pero he visto videos de Muhammad Ali y para mí, (él) es uno de los boxeadores que me gusta más cómo pelea. Sugar Ray Leonard es otro boxeador que me gusta cómo pelea”, comentó.

Álvarez dijo las lecciones de De la Hoya son tanto en el aspecto deportivo como en el comercial.

“Es una relación de promotor y de amigo también. Obviamente hemos convivido muchas cosas y lo bueno de esto es que como equipo nos llevemos bien. Eso es lo más importante, ¿no?, porque cuando no, no eres un buen equipo. Cuando te llevas bien como equipo, es un éxito total”, apuntó.

De la Hoya dice que Álvarez “es como una esponja” que aprende todo y está logrando más que él a su edad. El ex campeón comentó, por ejemplo, que él tenía alrededor de 30 años cuando fundó su promotora Golden Boy Promotions, que representa a Álvarez.

Álvarez tiene su promotora, Canelo Promotions, desde hace unos tres años, relató su entrenador Chepo Reynoso, quien junto con su hijo Eddy y Alvarez crearon la sociedad en México.

“La empresa está creciendo y creemos que dentro de poco va a ser una de las mejores promotoras, sino la mejor”, señaló el entrenador, agregando que representan a unos 40 púgiles de todo México.

¿Se ve Álvarez como un exitoso promotor como De la Hoya?

“Claro que sí, tengo mi promotora, que es una de las mejores de México ya. Claro que me veo así. Me veo haciendo muchas cosas”, puntualizó.

De la Hoya, quien reconoce el gran paralelo que tiene con Álvarez, aconseja al “Canelo” incluso de manera muy personal.

“Él es bastante inteligente y lo más importante es que quiere aprender”, relató el ex campeón. “Le digo: ‘Mira, no veas, por ejemplo, la carrera mía y la de Julio César Chávez. No veas las cosas buenas que hicimos, los campeonatos que ganamos. No, no, no. Aprende de las cosas malas que nos sucedió. De todo eso aprende y crece”.

Su gran inspiración 

Más allá de la fama y el dinero, Álvarez dice que su mayor inspiración es su hija Emily, a quien le puso “Cinnamon” (Canela, en inglés) como segundo nombre.

“Es la mayor inspiración. Es la que yo creo me hizo más responsable... la que me inspiró a lograr todo”, dijo.

Al preguntarle más sobre su hija, el campeón abundó sin reparar en el tiempo, dando la respuesta más larga de la entrevista de menos de 11 minutos, que en estos días en los que todos quieren un pedazo del Canelo, representa casi una eternidad.

“Ella ya tiene cinco años, pero entiende muchas cosas. Es una niña muy madura. Platico con ella como una niña ya grande. A veces me habla y me dice: “Te extraño, papi y cosas así”, relató. “Obviamente es lo que más me duele cuando me vengo a entrenar, es dejar a mi hija sin verla tanto tiempo. Eso es lo que más me duele. Es difícil pero siempre obviamente es por algo mejor, ¿no? Por algo bueno, para darle lo mejor a ella y creo que vale la pena ese sacrificio”.

Por lo pronto, Álvarez (42-0-1 con 30 nocauts) está concentrado en ganar su próxima pelea.

El combate contra Mayweather (44-0, con 26 nocauts) se perfila como el más importante del año, y probablemente entre los más lucrativos de la década. Es la segunda pelea de Mayweather de su contrato con Showtime que le pagará hasta 300 millones de dólares por seis reyertas, y el estadounidense podría recibir más de 40 millones de dólares por el combate.

Álvarez también tendrá su noche más lucrativa, con un pago de unos $12.5 millones, y la expectativa es que el combate amenace el récord de compras en el sistema pague por ver en Estados Unidos, que fijó la pelea entre Mayweather y De la Hoya en 2007, con 2.44 millones de compras.

La pelea entre invictos ha sido pactada a 152 libras.