¡Campeón por siempre! Miguel Cotto fue el rival más duro que tuvo Floyd Mayweather Jr.
El peleador boricua se ganó los elogios de parte del reputado peleador estadounidense, uno de los seis peleadores que lo derrotó en su carrera.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Nota del editor: Cuarta de una serie de historias con Miguel Cotto repasando su carrera de cara a la exaltación al Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
La idea de una secuela entre Miguel Cotto y el filipino Manny Pacquiao estuvo en el tintero a principios del 2012.
La primera edición fue un éxito económico tanto para ambos peleadores como para Top Rank, la empresa que estuvo a cargo de promocionar el evento de noviembre 2009 en el MGM Grand Garden Arena en Las Vegas, Nevada. La pelea acumuló 1 millón 250,000 compras por el sistema ‘pay per view’, lo que representó $70 millones en ingresos. De hecho, en Puerto Rico se vendieron 110,000 unidades del servicio, una cifra récord para la isla en aquel momento.
Además, se vendieron 15,930 boletos para otros $8,847,550, según informó la Comisión Atlética de Nevada. Así que repetir la fórmula parecía la decisión lógica.
Sin embargo, los contratos nunca fueron firmados porque a Cotto no le agradó la oferta económica que le presentó el promotor Bob Arum. Existen versiones contrarias. Por un lado, Arum reclamó que el ofrecimiento fue de $13 millones garantizados, pero por el otro, Cotto insistió que no superó la cifra de dinero que recibió por la primera reyerta que se estima fue de $12 millones.
Al cagüeño tampoco le llamó la atención a la propuesta de regresar a las 147 libras cuando ya estaba haciendo campaña en las 154.
“Él (Pacquiao) no tuvo problemas para enfrentar a Antonio Margarito en 150 libras. No ha tenido inconvenientes con otros en ese peso. La revancha sería en mi peso. No sacrificaré mi cuerpo otra vez para el beneficio de otro boxeador. No ocurrirá en 147 libras”, insistió Cotto en aquel momento.
Aunque la cumbre de su carrera en términos de ejecución y triunfo llegó en su combate ante “Sugar” Shane Mosley en el 2007 y su más celebrada victoria fue la alcanzada a manera de desquite sobre Antonio Margarito en el 2011, los más grandes programas en los que participó Cotto en su carrera camino a labrar su entrada al Salón de la Fama este fin de semana fueron sus estelares combates ante Pacquiao (2009), Floyd Mayweather Jr. (2012) y Saúl “Canelo” Álvarez (2015).
Esos presentaron tres de los seis reveces que sufrió durante su carrera. Los otros el dudoso resultado ante Margarito (2008) -el único rival contra el que realizó una segunda pelea en su carrera-, Austin Trout (2012), y Sadam Ali en su pelea final en el 2017.
El único otro que estuvo cerca de lograr una revancha fue Pacquiao. Era un combate que mereció ocurrir. El boricua acudió al primer pleito bajo la tutela del inexperto entrenador Joe Santiago, meses después de haber roto su relación con su tío Evangelista Cotto.
Tras el traspié, Cotto levantó su carrera gracias a los entrenadores Emmanuel Stewart (2010-2011), Pedro Díaz (2011-2012) y Freddie Roach (2013-2017).
De la mano de Díaz tuvo una sólida presentación ante Mayweather Jr. en mayo de 2012, en la que fue la pelea que más ventas generó en su carrera. El estadounidense, sin embargo, le ganó vía decisión unánime. Después declaró que el boricua fue el rival más difícil que enfrentó. No obstante, tras la súper pelea contra Mayweather llegó una sorpresiva derrota ante Trout.
Luego vinieron otros triunfos contra peleadores de segunda o igualmente en ruta a sus retiradas, como Delvin Rodríguez y Sergio “Maravilla” Martínez, lo que generaron el empuje para otra gran pelea ante el mexicano Álvarez.
Cotto se acogió al retiro en diciembre de 2017 luego de su revés ante Ali. En ese combate sufrió un desgarro en el bícep izquierdo. Cerró su trayectoria con balance de 41-6 con 33 nocauts.
Ahora disfruta de los frutos de una exitosa carrera jugando golf cada vez que puede mientras atiende sus diversos negocios y observando a sus hijos Luis Ángel, Alondra y Miguel convertirse perseguir sus respectivas metas.
Dentro de poco, su nombre acompañará a los otros puertorriqueños en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
“Jamás fue el eje que me movió mientras estuve boxeo entrar al Salón de la Fama. Jamás pasó por mi mente. Mi meta en la vida era educar a mi familia y lo logré. Llegó el Salón de la Fama y estoy agradecido, muy honrado de pertenecer a esa familia de boxeadores que estaremos allí, además de los puertorriqueños que ya pertenecen”, destacó.
“Hubo ocasiones que lo pude haber hecho mejor, pero en la ignorancia de la vida en momentos ayuda en otros no. Estoy conforme con el trabajo realizado y siento que valió la pena todo lo que hice”, concluyó.