Nota del editor: Segunda de una serie de historias con Miguel Cotto repasando su carrera de cara a su exaltación al Salón de la Fama del Boxeo.

La carrera de Miguel Cotto en el boxeo profesional tuvo una duración de 16 años. Inició a principios del año 2001, meses después de que el boricua participara en los Juegos Olímpicos del 2000 en Sidney, Australia, y cerró en diciembre del 2017 con un revés ante Sadam Ali en la que fue su última defensa titular y en la cual cedió su última corona, la súper welter de la Organización Mundial de Boxeo.

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Entre su debut y su despedida, Cotto tuvo grandes peleas ante algunos de los mejores nombres de su generación, incluyendo DeMarcus Corley, Paul Malignagi, Zab Judah, Antonio Margarito, Manny Pacquiao, Shane Mosley, Floyd Mayweather Jr. y Saúl “Canelo” Álvarez, entre otros. La mayoría de ellas las ganó. También tuvo ante algunos de esos nombres sus principales derrotas.

Pero esos no fueron los únicos escollos que enfrentó en su carrera.

Temprano en ella sufrió un accidente que puso en peligro la misma. Igualmente tuvo un incidente de discordia con su primer entrenador, su tío Evangelista Cotto, a quien dejó meses antes de la que fue su primer pleito de verdadero interés mundial ante Manny Pacquiao. Y también sufrió la pérdida de su mentor, su padre Miguel Cotto Carrasquillo.

A continuación la segunda parte de una entrevista concedida a Primera Hora a días de su exaltación al Salón de la Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York, el próximo domingo.

En agosto de 2001 tuviste un accidente tras quedarte dormido a las 5:00 de la madrugada mientras conducías de Caguas hacia San Juan para ir a entrenar. Sufriste una fractura en tu brazo derecho. ¿Sentiste temor de que eso pudo haber terminado tu carrera?

“En aquel momento a mis 20 años, me asusté mucho. Solamente tenía seis peleas y mi carrera iba en ascenso. Los médicos me dieron un año y medio para volver a entrenar. Gracias a Top Rank, que me llevó a Las Vegas y me puso en un estricto programa de rehabilitación para que estuviera listo en menos tiempo, a los tres meses ya estaba entrenando y a los cinco peleando”.

¿Te llevó a entender que era necesario ser más cuidadoso?

“Pasaron unos pocos años más para que ese momento llegara. La ignorancia es sumamente atrevida y tuve que coger otros golpes”.

Durante los próximos años, Top Rank colocó a Cotto en carteleras en Los Ángeles, Las Vegas, Nueva York, San Juan y Bayamón, entre otros destinos. Luego de amasar un record de 20-0, llegó su primera oportunidad por un título mundial.

Pasaron unos pocos años más para que ese momento llegara. La ignorancia es sumamente atrevida y tuve que coger otros golpes”.

-Miguel Cotto

En septiembre de 2004, disputó con el brasileño Kelson Pinto el vacante cinturón de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión de las 140 libras. El combate tuvo como escenario el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, en la que fue la primera pelea de título mundial celebrada en el recinto.

¿Esa fue una pelea especial?

“Kelson Pinto me derrotó dos veces en el boxeo aficionado. Al principio, cuando se estaba arreglando el evento, sí tuve algo de preocupación porque sabía lo que había sucedido anteriormente. A medida que fue avanzando el entrenamiento sabía que el Miguel que Pinto había derrotado en el boxeo aficionado había quedado atrás. Había evolucionado al boxeador que enfrentó aquel 11 de septiembre de 2004. Fue un momento dulce”.

¿Entiendes que esa fue la pelea que despegó tu carrera?

“El éxito te hace engrandecer mentalmente, te hace creer cosas que realmente no son. Sí tuve mis momentos cuando sentía que levitaba, caminaba en el aire y un poco más adelante me di cuenta que estaba errado. Tuve que hacer unos ajustes para nuevamente poner los pies sobre la tierra”.

¿Cuál consideras fue la pelea más dura de su carrera?

“Las peleas no fueron difíciles porque en el gimnasio siempre fui un profesional. Era el primero para vacilar en el tiempo libre, pero miraba para atrás y tenía a otros cinco o seis más en la fila porque siempre era el primero en llegar para trabajar. Eso fue lo que me catapultó. Entiendo que las cosas tienen que pasar. Agradezco cada victoria, cada derrota, cada caída, el brazo, el tendon. Todo tuvo un propósito”.

En junio de 2008, Cotto arriesgó el invicto y, a su vez, el cinturón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en las 147 libras contra el mexicano Margarito. Cotto se llevó la primera mitad de la pelea con buenas combinaciones al rostro, pero Margarito nunca dio marcha atrás y castigó el boricua hasta su esquina tiró la toalla en el undécimo asalto.

Esta es otra imagen que retrata el castigo que recibió Miguel Cotto de las manos, aparentemente adulteradas, de Antonio Margarito.
Esta es otra imagen que retrata el castigo que recibió Miguel Cotto de las manos, aparentemente adulteradas, de Antonio Margarito. (juan angel alicea mercado)

Meses después, Margarito fue sorprendido con unas vendas alteradas que contenían una sustancia endurecida que pretendía colocarse sobre los nudillos antes de subir al ring para enfrentar al estadounidense Shane Mosley. Eso le ganó al mexicano una extensa suspensión, además de una manchada reputación de tramposo.

¿Esa derrota contra fue difícil de digerir?

“En aquel tiempo me encontraba por el camino que me creía más de lo que era. Mi ego era más grande y pasó por un propósito. Me jamaqueó lo suficiente para darme cuanta que había que bajarle un poco. Después salió que lo que supo y tuve la oportunidad de enfrentarlo nuevamente. Para mi quedó claro lo que había sucedido”.

En diciembre de 2011, Cotto obtuvo el desquite. Antes de iniciar el novena asalto, los doctores de la Comisión Atlética de Nueva York determinaron que Margarito no podía continuar recibiendo castigo en el ojo derecho.

¿Disfrutaste la revancha con Margarito más que ninguna otra pelea?

“Me disfruté todas y cada una de las peleas, pero ese momento de poder mirarlo y dejarle saber al mundo qué había ocurrido en la primera pelea, fue un momento bastante dulce en mi carrera”.

¡Castigo! El campeón boricua Miguel Cotto conecta un derechazo al rostro del mexicano Antonio Margarito durante su combate del sábado.&nbsp;<font color="yellow">(Enviado especial / Juan Luis Martínez Pérez)</font>
En el 2011, Miguel Cotto tuvo la oportunidad de vengar su derrota ante Antonio Margarito. Allí le devolvió la paliza que recibió en el primer pleito.

¿Existe el interés de conversar con él?

“No hay nada de qué hablar. El boxeo es simple; entrenamiento, habilidades, juego de piernas y combinaciones. Todo el que use algo extra para tratar de obtener la victoria no debe ser llamado boxeador”.

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No te pierdas mañana la siguiente parte de esta entrevista, en la que Cotto repasa sus triunfos y fracasos y sobre todo relata la experiencia vivida al pelear dos veces ante Antonio Margarito.