Boxeadores meten sus valiosas manos, a la obra
‘Bimbito’ Méndez y ‘Lobo’ Torres no se han quedado de brazos cruzados al no poder salir a boxear.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Las cancelaciones de carteleras por la crisis de salubridad a raíz del virus COVID-19 ha colocado a los boxeadores de Puerto Rico en una complicada situación.
Mientras permanezcan en vigor las guías que estableció el Departamento de Salud para evitar la propagación del coronavirus, las posibilidades de que los púgiles puedan retomar las rutinas de entrenamiento y, a su vez, los promotores locales organicen funciones son mínimas. Eso deja a los atletas con pocas opciones para obtener ingresos.
Wifredo ‘Bimbito’ Méndez y Jean Carlos ‘Lobo’ Torres, al menos, encontraron una alternativa para bandearse.
“De lunes a viernes nos encontrarán en los almacenes de los supermercados Econo en Trujillo Alto acomodando mercancía en los anaqueles. Los sábados estamos en los estacionamientos limpiado los carros de compras”, relató Méndez, campeón de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión de las 105 libras.
“Estamos en una crisis porque no estamos generando dinero y no estamos haciendo nada de boxeo. Como estamos acuartelados juntos, decidimos que teníamos que hacer algo productivo. Hablamos con Raúl Pastrana (de Spartan Boxing y propietario de dos locales) para trabajar acomodando la mercancía en los dos supermercados Econo para que los trujillanos tengan sus productos y sus cosas”, agregó.
Esto es peor que un entrenamiento porque tenemos que mover las paletas de agua, refrescos y terminamos que no podemos ni bañarnos. La gente nos ve en Econo y los clientes se ponen contentos porque un campeón mundial le está llevando la compra
-Wilfredo 'Bimbito' Méndez
Méndez y Torres se reportan a las 8:00 de la mañana y concluyen sus labores a las 7:00 de la noche, cuando entra en vigor el toque de queda.
“Nos gusta y debido a que no estamos generando dinero por el boxeo, nos pagan por hacer esto además de que también trabajamos para obtener lo nuestro. Buscamos otras maneras de generar dinero que no sea solamente con el boxeo”, afirmó Méndez.
“Esto es peor que un entrenamiento porque tenemos que mover las paletas de agua, refrescos y terminamos que no podemos ni bañarnos. La gente nos ve en Econo y los clientes se ponen contentos porque un campeón mundial le está llevando la compra. Hacemos de todo y donde más nos necesiten, ahí vamos a estar”, afirmó.
Torres, por su parte, ve el momento histórico como una oportunidad para madurar.
“Siempre me gustó trabajar, siempre he trabajado. Nos ayuda a dejar a un lado el orgullo y poner los pies en la tierra. Si algún día me convierto en campeón mundial con la fama y la fortuna que viene acompañada, no me olvidaré de donde salí. Uno aprende cada día”, compartió.
La situación del coronavirus los ha forzado a permanecer alejados de sus respectivas familias.
Nos ayuda a dejar a un lado el orgullo y poner los pies en la tierra. Si algún día me convierto en campeón mundial con la fama y la fortuna que viene acompañada, no me olvidaré de donde salí. Uno aprende cada día
-Jean Carlos 'Lobo' Torres
“Tenemos una casa de acuartelamiento. Así evitamos salir o amanecernos en la calle cuando estamos entrenando. También para no infectar a un ser querido nos quedamos solos. Montamos un mini gimnasio para poder hacer algunas cositas y movemos un poco”, relató.
Pesa la frustración
Méndez tenía en agenda arriesgar por tercera ocasión la faja de la OMB cuando el COVID-19 trastocó los planes.
“Esto me ha tocado duro porque llevaba una buena racha. Tuve dos exitosas defensas y me esperaban cosas buenas con una pelea en China. También se estuvo negociando una revancha con Vic Saludar en Tailandia. Me había llegado una oferta buena cuando surgió la pandemia. Se buscaron alternativas como mover la pelea Corea del Sur, pero tampoco fue posible. Atlanta fue la última opción, pero se canceló porque hay muchos infectados”, relató.
Torres, sin embargo, prefiere ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío.
“Frustrado no me siento porque en realidad no tenía prisa tampoco. Estaba trabajando paso a paso y entiendo que por un lado me vino bien este descanso. El cuerpo estaba sufriendo con los guanteos y el trabajo duro de entrenar. De esta manera descansamos de coger golpes en el gimnasio, además de que creo que cuando comencemos nuevamente todos vendremos con más hambre para retomar el camino que llevábamos”, concluyó el peso júnior wélter (140 libras).bn