Cuando Amanda Serrano y Katie Taylor suban al ring este próximo sábado, 30 de abril, será necesario agregar todo un capítulo al libro que recoge la historia del boxeo femenino.

Por primera vez, dos mujeres serán las principales atracciones en una cartelera de boxeo en el Madison Square Garden en Nueva York y, además, cada una recibirá como mínimo $1 millón, algo sin precedentes.

Pero antes del surgimiento de Serrano y Taylor en el deporte, otras púgiles prepararon el camino para ellas. Muchas tuvieron que derribar murallas.

Según varios reportes, el génesis del boxeo femenino data del siglo 18. Una de las primeras peleas en haber sido promocionada en un periódico fue entre Elizabeth Wilkinson y Hannah Hyfield en el 1722 en Londres. Más allá, en las Olimpiadas del 1904 en San Luis, Missouri, Estados Unidos, el boxeo femenino apareció entre los eventos de competencia aunque en su caso como deporte de exhibición.

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Pero pese a su existencia, el boxeo profesional femenino fue en un momento declarado ilegal y las comisiones se rehusaban sancionar peleas y tampoco conceder licencias. Y no fue hasta el 1997 que en el Reino Unido finalmente se dio pasó a sancionar peleas entre mujeres, lo que abrió la ruta hacia el estado actual del boxeo femenino, el que incluso devino como deporte oficial a nivel olímpico en los juegos Londres 2012.

El renacimiento del boxeo femenino lo comenzó inicialmente la Asociación de Boxeo Aficionado de Suecia, que sancionó peleas entre dos chicas de 13 años. Luego de ello la Asociación de Boxeo Aficionado de Gran Bretaña les emuló aceptando peleas de mujeres y poco a poco llegaron los promotores que se aventuraron a darle espacio a mujeres en sus programas. De esas aventuras es que surgieron los primeros nombres reconocidos hoy como boxeadoras pioneras, entre ellos Ann Wolfe, Laila Ali --quien es hija de Muhammad Ali-, Mia St. John y Christy Martin.

Este grupo de féminas logró poco a poco conseguir papeles protagónicos en grandes carteleras, pero ninguna goza de la oportunidad de ser estelaristas. La industria del boxeo seguía, sin dudas, sintiéndose presa de que la titularidad pertenecía a las figuras masculinas.

Laila Ali y su esposo Yahya celebran luego de un combate realizado en el Mississippi Coast Coliseum en Biloxi, Mississippi, el 23 de agosto de 2003.
Laila Ali y su esposo Yahya celebran luego de un combate realizado en el Mississippi Coast Coliseum en Biloxi, Mississippi, el 23 de agosto de 2003. (Chris Graythen)

Durante los pasados años, eso, sin embargo, ha ido cambiando un poco. La popularidad el boxeo femenino ha experimentado un vertiginoso crecimiento gracias, en parte, a Serrano y Taylor aunque otras como Claressa Shields, Mikaela Mayer y Alycia Baumgardner también han colocado unos granitos de arena por sus respectivas ejecutorias dentro del ring.

En el 2020, Martin, quien tuvo una trayectoria de 23 años, se convirtió en la primera púgil seleccionada para el Salón de la Fama del Boxeo Internacional. Ali, Wolfe, Marian Trimiar, Barbara Buttrick y Regina Halmich le siguieron. Cada una de ellas serán reconocidas el próximo junio en Canastota, Nueva York, acompañadas por los demás elegidos para las clases de 2020, 2021 y 2022.

Para Mayer, doble campeona mundial de las 130 libras, que Serrano y Taylor sean las figuras estelares en una cartelera es clara evidencia los avances que ha dado el boxeo femenino.

En esta foto del 3 de marzo del 2000, Christy Martin y su promotor Don King celebran su triunfo sobre la mayagüezana Belinda Laracuente.
En esta foto del 3 de marzo del 2000, Christy Martin y su promotor Don King celebran su triunfo sobre la mayagüezana Belinda Laracuente. (MARK TERRILL)

“Todas las que estamos en el deporte ganamos. Ambas han logrado mucho, me alegra lo que están haciendo porque se lo merecen y ahora establecieron un estándar”, dijo Mayer. “Nos ayudará a seguir cerrando la brecha en términos de equidad entre los hombres y las mujeres. Es un evento enorme para el deporte y demuestra que somos una fuerza en el boxeo y llegamos para quedarnos”, agregó.

Según la púgil estadounidense, la participación de boxeadoras en Juegos Olímpicos ha servido de trampolín para que promotores le presten atención.

“Ha cambiado mucho. Las muchachas que salieron de las pasadas olimpiadas están recibiendo múltiples ofertas para firmar como profesional y eso está creciendo más en el Reino Unido. En Estados Unidos todavía es un poco más difícil. Soy una de las pocas que tiene una plataforma y un promotor así que todavía estaré tratando de que crezca. En el Reino Unido está prosperando. Creo que no será hasta la próxima generación que nos demos cuenta de todo lo que ha crecido el deporte durante los pasados años”, concluyó Mayer.