Mayagüez. Antes de que los Indios de Mayagüez y los Senadores de San Juan se lanzaran el viernes al terreno del Estadio Isidoro “Cholo” García para el primer juego de la final de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC), estas dos novenas no se habían visto las caras hace 27 años en este escenario.

En 1998, los Indios salieron por la puerta ancha con el título tras una serie que se extendió al máximo de nueve partidos, y Wilfredo “Coco” Cordero cargó con el premio de Jugador Más Valioso, luego de conectar seis cuadrangulares para igualar el récord de Jim Dwyer de más jonrones por un jugador en el baile de coronación de la liga invernal.

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Aquel Cordero que brilló en esa final ahora se desempeña como dirigente de los Indios y está presenciando desde el banquillo cómo una histórica rivalidad de la década de los 90 ha cobrado vida en pleno 2025.

“Antes de comenzar la temporada, cuando dijeron que iban a cambiar el nombre de la franquicia de RA12 a los Senadores, fue algo que se sintió como si la liga estuviese volviendo a los tiempos de antes. Ahora estando en la final, trae un poco de memoria de lo que era esta rivalidad en los 90″, dijo Cordero en una entrevista con Primera Hora antes del segundo partido de la serie de campeonato en Mayagüez.

Durante la década de los 90, los Indios y los Senadores disputaron cuatro finales (1991-92, 1994-95, 1996-97, 1997-98). La tribu salió victoriosa en tres de ellas y Coco participó en todas. De hecho, la única de esas series que San Juan ganó fue la de 1995, con estrellas como Roberto Alomar, Carlos Baerga y Edgar Martínez.

Carlos baerga, Edgar Martínez y Roberto Alomar en uniforme de los Senadores de San Juan en 1993. Archivo histórico.
Carlos baerga, Edgar Martínez y Roberto Alomar en uniforme de los Senadores de San Juan en 1993. Archivo histórico. (jose rodriguez)

Ese año se confeccionó el inolvidable ‘Dream Team’ que dominó la Serie del Caribe con algunos de los mejores peloteros que Puerto Rico tenía en las Grandes Ligas en aquel entonces gracias a la huelga que paralizó la acción en las Mayores.

“San Juan tenía unos equipazos y nosotros también. Eran unas series bien reñidas. En sí, lo más que recuerdo era la fanaticada. Tú ibas a San Juan y el parque estaba lleno de esquina a esquina. Venías aquí y era igualito, así que espero que este año sea igual”, recordó el piloto de 53 años.

Y aunque el Estadio Isidoro “Cholo” García no se llenó a su capacidad el viernes, como en los 90, tuvo una buena asistencia de 7,029 personas.

“La fanaticada estaba pompea’, como dice uno, y es bueno ver eso. Varias personas me han dicho que esta serie les recuerda a las que teníamos en los 90 entre ambos equipos. Eso es bueno para el béisbol local”, opinó el estratega de la novena mayagüezana.

Cordero también rememoró que, después de superar a los Senadores en las finales de 1997 y 1998, vencieron al año siguiente a los Leones de Ponce para convertirse en el último equipo que conquista tres campeonatos consecutivos en la LBPRC.

“Éramos un equipo con mucho talento. Había muchos peloteros de Grandes Ligas jugando para ese tiempo, pero lo que nos destacaba era la unión que teníamos. Nosotros éramos un equipo bien unido. Parecía como si cada año estuviéramos esperando reunirnos aquí en Puerto Rico para jugar”, indicó.

Wilfredo Cordero (12) es felicitado por Izzy Molina (42) después de anotar ante México en la Serie del Caribe de 1999 en el Estadio Hiram Bithorn.
Wilfredo Cordero (12) es felicitado por Izzy Molina (42) después de anotar ante México en la Serie del Caribe de 1999 en el Estadio Hiram Bithorn. (LYNNE SLADKY)

Curiosamente, en esa última serie entre San Juan y Mayagüez en 1998, el gerente general de la tribu, Héctor Otero, estaba comenzando su carrera como asistente de Jacky Nieves, quien fungía en aquel entonces como gerente general de los Senadores. Un puesto que ahora ocupa Alex Cintrón.

Por su parte, mientras Cordero vivía su mejor momento como pelotero en aquella época, el dirigente de los Senadores, Ricky Rivera, apenas era un niño nacido en 1993. Su único recuerdo de esa legendaria rivalidad eran las historias que su padre le contaba.

“Solo recuerdo las historias que me decía mi papá y de lo que habla Rafy Montalvo. Ellos hablan mucho de esos tiempos porque eran momentos legendarios para el béisbol en Puerto Rico”, comentó el joven técnico de 31 años.

Mientras crecía, uno de los peloteros que Rivera admiraba era Cordero, con quien está teniendo un duelo de dirigentes en el escenario más importante del béisbol boricua.

El estratega de los Senadores, quien se estrenó este año en la pelota invernal y fue nombrado Dirigente del Año, confesó que ha conversado múltiples veces con Cordero en el transcurso del torneo acerca de la encomienda que tienen ambos en la LBPRC.

“Coco y yo hemos hablado mucho antes de los juegos y yo sé que tiene que cansarse porque le pregunto tantas cosas para que me ayude y me dé consejos. Fue de las primeras personas que, cuando llegué al parque el viernes, me felicitó y me dijo: ‘Mira donde estamos, estamos donde Dios nos quiere’. Me dio un mensaje bien positivo. Coco es una persona bien leal”, compartió Rivera.

A pesar de que los protagonistas en esta ocasión son distintos, como el caso de Rivera, no hay duda de que esta serie de campeonato trae muchas memorias para los fanáticos que vivieron aquella época en la década de los 90.

En esta noticia colaboró el historiador Héctor Marrero.