Vladimir Guerrero está feliz de que Charlie Montoyo sea el dirigente de su hijo
El miembro del Salón de la Fama del Béisbol recuerda que el piloto de los Blue Jays fue su compañero de equipo y traductor en liga menor.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Santo Domingo. Charlie Montoyo es el dirigente del joven Vladimir Guerrero, hijo, con los Blue Jays de Toronto. Y el piloto puertorriqueño no es un rostro desconocido para la familia Guerrero.
Resulta que Montoyo fue compañero de equipo del progenitor del inicialista de los Blue Jays y miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, Vladimir Guerrero, padre, en la filial Doble A con la organización de los Expos de Montreal.
Y además de ser su ‘teammate’, Montoyo tenía otro rol con Guerrero, padre.
“A Charlie lo conocí en 1996. Jugamos juntos y me ayudó bastante en la Doble A. Él era el que me ayudaba como traductor para comunicarme con el mánager”, recordó el exjardinero en conversación con este medio durante la ceremonia de exaltación de su compatriota David Ortiz y otras figuras al Salón de la Fama de la Serie del Caribe.
“Y ahora me siento contento de que mi hijo esté con un mánager que me conoce y que dice que mi hijo puede ser igual que su papá”, abundó.
Y esas son palabras mayores. Guerrero, padre, es un inmortal en Cooperstown. Fue el tercer dominicano en entrar a este recinto en 2018, detrás de Juan Marichal y Pedro Martínez.
Totalizó 16 temporadas. Fue el Más Valioso en la Americana en 2004 con Anaheim, participó en nueve Juegos de Estrellas, ganó ocho Bates de Plata y fue a una Serie Mundial con Texas. Se retiró en 2011 con promedio de .318, 445 cuadrangulares, 1,496 remolcadas y 1,328 anotadas en 2,1147 partidos.
Ahora su hijo es uno los principales rostros del béisbol con apenas 22 años. Viene de una sensacional campaña al ser colíder en jonrones con 48; sexto en remolcadas con 111; y primero en anotadas con 123 en 161 partidos en todas las Mayores.
También fue quinto en promedio de bateo con .311. Fue su tercera temporada y la primera completa con los Blue Jays, todas bajo la dirección de Montoyo.
“Eso siempre es bueno, tener un latino (como dirigente) que pueda entender a un jugador latino. Es una ventaja. Lo bueno también es que todos los miembros de la comunidad latina se ayudan. Es muy positivo”, dijo.
Guerrero, padre, también puso números impresionantes en su primera temporada completa con los Expos en 1998. Disparó 38 cuadrangulares y remolcó 109 carreras con promedio de .324 en 159 juegos.
¿Podrá el hijo registrar una carrera similar o superior a la de su padre?
Es un tema que a Guerrero, padre, no le gusta hablar.
“Yo no hablo mucho de mi hijo. Solo le pido a Dios que le dé salud. Yo sé que él va a hacer un buen trabajo. De números no me gusta hablar. Si está saludable sé que lo va a hacer muy bien”, sostuvo el exjugador, de 46 años.
Guerrero, padre, fue parte de la época en la que los Expos jugaron una porción de sus partidos locales en el Estadio Hiram Bithorn en 2003.
Debido a lesiones, el exguardabosques recordó que jugó muy poco en la isla. Pero en las vacaciones viajaba a la isla para compartir con su excompañero de equipo, el exintermedista José Vidro.
“Compartía mucho con Vidro. Iba a Puerto Rico de vacaciones y pasaba un buen tiempo”, dijo para concluir.