El segundo bate de los Padres de San Diego, Fernando Tatis, hijo, dio un jonrón en la primera entrada del juego del domingo ante los Dodgers de Los Ángeles con un swing sencillo, sin pretensiones.

Manny Machado, quien lideró a los Padres en jonrones con 29 en la temporada regular, bateó en ese juego en la octava entrada, con dos outs, sin gente en base y el juego 4-1 a su favor. Tampoco intentó mucho en el turno, más que un sencillo al central que abrió las puertas para dos carreras que pusieron a su equipo en cómoda ventaja.

Entre medio de esas entradas, el campeón bate de los Padres, Luis Arráez, contribuyó con lo que más sabe hacer: acomodó un sencillo entre segunda y el siore. Un bateador luego, Xander Bogaerts, ajustó a un lanzamiento adentro y sacó una débil rola que puso a Arráez en posición de anotar, lo que hizo con un cuadrangular de David Peralta.

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Y tarde en el juego, en la oportunidad que Machado creó con dos outs en la octava entrada, el novato de 21 años de los Padres, el bateador zurdo Jackson Merrill, aprovechó una recta afuera, de 95 millas, a la altura de las letras, y no trató de empujarla hacia su banda, sino que se fue con ésta y la desapareció por el izquierdo.

El coach de bateo de esos Padres lo es el boricua Víctor Rodríguez, quien predica mantener, precisamente, las cosas sencillas que están ejecutando los Padres. Jugando de esa manera, las cosas grandes llegarán por añadidura.

“Tenemos buenos talentos, buenos bateadores. Y ellos están de acuerdo con todo lo que hemos hablado en el año, que es anotar una carrera más que el otro equipo, saber interpretar las situaciones de juego, no andar buscando jonrones. Lo que buscamos es hacer buen contacto, usar el terreno y, cuando haces eso, se dan jonrones, y mira, el domingo dimos seis jonrones”, dijo Rodríguez en entrevista con Primera Hora previo al tercer partido de la serie que se jugará hoy en la noche.

Los Padres regresan al terreno esta noche para el tercer juego de la Serie Divisional ante los Dodgers en San Diego.

Rodríguez, aquí en su periodo con los Red Sox de Boston, que incluyó la Serie Mundial del 2017 ante los Cardinals de San Luis y de Yadier Molina
Rodríguez, aquí en su periodo con los Red Sox de Boston, que incluyó la Serie Mundial del 2017 ante los Cardinals de San Luis y de Yadier Molina (JUAN LUIS MARTINEZ)

Rodríguez es un veterano coach de bateo, con años de experiencia previa con los ahora Guardians de Cleveland, en donde trabajó con uno de los principales bateadores del momento, José Ramírez. Previo a Cleveland estuvo con los Red Sox de Boston en la Serie Mundial del 2013 ante los Cardinals de San Luis de Yadier Molina y Carlos Beltrán. Y fue contratado por los Padres en diciembre del 2023 para comenzar la temporada 2024 con este grupo de talentosos peloteros.

Parece predicar lo que fue como jugador: un bateador profesional que conectó cerca de 2,000 imparables en su carrera. Esa acumulación fue mayormente en las ligas menores, pero la probó cuando estuvo brevemente en las Grandes Ligas, en donde bateó de 28-12 para los Orioles de Baltimore y los Indians de Cleveland en parte de dos temporadas distintas.

Y en San Diego está como bate esperando recta.

“Para mí es un orgullo ser parte de esta organización. Es un trabajo que no lo esperaba, pero a ¿quién no le gusta ser coach de los Padres de San Diego?, un equipo con talento, con buenas oportunidades de avanzar en la postemporada. Estoy bien contento y orgulloso de ser parte de este equipo”, dijo.

Es uno de varios coach boricuas activos en la postemporada, como Joey Cora en la tercera base de los sorprendentes Tigers de Detroit, Santos Alomar, hijo en la primera base de los contendientes Guardians de Cleveland, y el coach de bullpen José ‘Cheo’ Rosado con los queridos Mets de Nueva York.

Ahí está poniendo en alto nuevamente el nombre de Puerto Rico, del Caribe y su béisbol.

“Estoy bien contento y orgulloso de representar a la Patria nuestra, a los latinos”, dijo Rodríguez, quien fue criado en Naguabo.