A estas alturas de la temporada ya debe haberse dado cuenta del vacilón que forman los Red Sox en el dugout luego de cada cuadrangular. Si no lo ha presenciado, fíjese la próxima vez que peguen un bambinazo.

Es el ritual del carrito del laundry.

La peculiar celebración consiste en montar al bateador en el carrito donde usualmente se depositan las piezas de vestimenta destinadas a ser lavadas y darle un breve paseo de celebración de lado a lado del dugout.

“Es algo estúpido, pero es divertido. Nos lo disfrutamos. Se hace para crear camaradería con los jugadores y tratar de unirnos más. Y ha sido muy divertido”, manifestó el bateador designado de los Red Sox, J.D. Martínez.

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En una entrevista con NBC Boston, este indicó que los orígenes de esta celebración se remontan a finales de la pasada campaña, en la cual Boston terminó hundido en el sótano de la división con 24-36. Y el objetivo inicialmente era divertirse en una situación que no era la mejor.

El jugador de sangre boricua, Christian Arroyo, dijo que el ritual comenzó cuando al receptor Kevin Plawecki le surgió la idea tras un comentario hecho por el coach Jason Varitek sobre qué hacía en el dugout el carrito de laundry, qué usualmente transita en el clubhouse recogiendo la ropa sucia.

El carrito cobró popularidad en abril de este año, cuando el receptor boricua Christian Vázquez pegó un cuadrangular y Plawecki y Varitek le dijeron al boricua que se subiera, y recibió su paseo. De ahí en adelante, cada jugador que pegue un jonrón es recibido con una ‘trillita’ de lado a lado del dugout.

Según MLB.com, aunque Alex Cora no estuvo con el equipo el pasado año, pudo ver por televisión cómo los jugadores se disfrutaban ese momento. Por lo que a su regreso a dirigir el equipo en 2021, fomentó que se continuara con la práctica.

Y aunque el carrito se ha convertido en la celebración insignia de los Red Sox este año, no se llevan el carrito del laundry del Fenway Park cuando están en la carretera, así que dependen de los carritos que haya en los clubhouses de otros estadios.

Incluso, Martínez recordó que uno que usaron en Baltimore era demasiado profundo, por lo que se la hizo difícil salir después. Resolvieron el asunto llenando de toallas el fondo del vehículo.

Aunque Alex Cora no estuvo con el equipo el año pasado, pudo ver por televisión lo que hacían. Y a su regreso al mando de la novena, fomentó que se continuara con el ritual.

“Fue grande ver que durante una temporada difícil para ellos, lograron encontrar una manera de divertirse y celebrar el juego”, le dijo cora al Richmond Times-Dispatch, “Significa mucho para ellos. Y si pueden divertirse con eso, me parece muy bien”.

El tema del carrito ha alcanzado tales niveles que durante la postemporada, el infielder José Iglesisas se declaró el chofer oficial del carrito. Iglesias, quien fue adquirido muy tarde en la temporada para ser elegible para los playoffs, decidió asumir la función como manera de contribuir al equipo fuera del terreno, ya que no lo puede hacer sobre el terreno.