Carlos Correa ciertamente tiene que estar respirando hoy aliviado. Y no lo planteamos simplemente porque ya tiene un contrato debidamente firmado para sus próximos seis años en las Grandes Ligas. Lo fijamos por un contratiempo que no vivió ayer, por pura suerte, que tal vez le salvó de enfrentar una avalancha de nuevas dudas sobre la condición de su tobillo y el potencial cierre de su nuevo contrato.

Antes de proseguir, partamos de admitir que la idea que mencionamos es una suposición. Pero le podemos asegurar que sin dudas pudo haber pasado.

Y es que el miércoles en la mañana, en todos Estados Unidos y Puerto Rico, se desató una crisis en el sistema del tráfico aéreo que forzó el cierre temporero de vuelos, algo que la última vez que se vivió en Estados Unidos fue el 11 de septiembre del 2001 y algunos días después.

Relacionadas

Pues sepa, que por suerte, Correa y su familia pudieron llegar a Minnesota unos minutos antes de esa emergencia y a partir de eso pudo ir a someterse a las nuevas pruebas físicas que le realizó el equipo para dar paso a la final firma del contrato.

¿Se imagina usted que el vuelo de Correa se hubiera atrasado por la crisis? Es muy justo pensar que aún cuando Minnesota y el agente Scott Boras dijeran que existía ese contratiempo alguien iba a reportar que alguna fuente aseguraría que existían nuevas dudas sobre la condición física del boricua.

Y qué me dice usted del aviso que recibirían los medios que cubren a los Twins sobre la posposición de la conferencia de prensa en la que se presentaría a Correa un par de horas antes del momento avisado. Así sucedió un día de semana ya hace unas cuatro semanas atrás cuando los Giants de San Francisco cancelaron la conferencia de prensa en la que pretendían presentar a Correa como su gran contratación de la temporada bajo un acuerdo que según reportes era por 13 años y $350 millones, el cuarto más en valor total en la historia de las Mayores.

Y ni hablar si alguien apuntaba que Correa no se presentó a la evaluación física que tenía agendada para esa mañana con los médicos de los Twins, todo este en el abortado proceso de firma con los Mets de Nueva York por 12 años y $315 millones debido a las mismas dudas que tuvo el personal médico de los Giants.

Ya usted se podrá imaginar de la percepción que todo esto pudo haber forjado, y sabrá Dios si con esa fuerza incluso eso afectaba aún más la devaluación del contrato de Correa, que del potencial de haber firmado por $350 millones lo hizo por seis años y $200 millones con el potencial de extender el mismo vía unas opciones a un total de $270 en 10 años.