John Blundell, director de medios y prensa de Major League Baseball, le aseguró al medio dominicano El Nuevo Diario que para el Clásico Mundial de Béisbol más de 200 personas de República Dominicana fueron acreditadas como periodistas, lo que convirtió a los quisqueyanos en el país con más presencia mediática en el evento.

Por lo que era de esperarse que con esa avalancha de ‘youtubers’, cronistas deportivos, reporteros de prensa escrita, radio y televisión, las críticas al papel de la selección dominicana en el Clásico –tras su eliminación el miércoles al caer ante Puerto Rico- fluyeran con un caudal tan amplio como la cifra de acreditados dominicanos. Y así fue.

“¡Fracaso! RD es eliminada en la primera ronda del Clásico Mundial de Béisbol”, tituló Hoy.com. “Una mayúscula decepción el fracaso del equipo dominicano”, se vio en Listín Diario. Entre muchos otros.

El dominicano respira béisbol y sabe de béisbol, y con las ilusiones creadas por un plantel repleto de nombres estelares de las Grandes Ligas, una eliminación en primera ronda no era precisamente el final esperado. Por eso, el gerente general y jugador, Nelson Cruz, y el dirigente, Rodney Linares, recibieron la mayor parte del golpe de frustración de la opinión pública tras el resultado.

“Asumo la responsabilidad del juego y de haber perdido”, sostuvo Linares en la rueda de prensa posterior al partido, en la que fue interrogado intensamente por los medios. “El que me quiera echar la culpa que me la eche”.

Linares, coach de banco de los Rays de Tampa Bay y fiel creyente en la analítica, como es la norma en la organización de los Rays, había dicho hace unos días que cualquier resultado que no fuese ganar el Clásico sería un fracaso, se reafirmó en ello durante la rueda de prensa, en la que se le cuestionó de todo.

Una de las mayores críticas fue el haber dejado batear a Francisco Mejía ante Puerto Rico en la sexta entrada. en una situación con corredores en las esquinas en vez de traer al su otro receptor, Gary Sánchez, a batear como emergente. En el banco además tenía a figuras como el MVP de la Serie Mundial, Jeremy Peña, a Jean Segura, a Robinson Canó y a Cruz.

La falta de ausencia de otro receptor también fue criticada por periodistas, analistas y el público en general.

“Francisco Mejía nunca debió haber estado por encima de Gary Sánchez”, leía otro titular en medios dominicanos.

Las críticas a Cruz iban más en la línea de que no tenía cabida en el equipo, y que su “invento” de ser jugador y gerente general fue una de las principales fallas de la organización del equipo. Cruz consumió solo un turno en el torneo, y Canó y Segura dos.

Algunos criticaron que el equipo se hizo “con nombres y no peloteros” y que la estructuración del róster influyó en la temprana salida. A Cruz y a la federación dominicana se le cuestionó la selección de Linares, que no ha tenido éxito en la pelota invernal dominicana como dirigente.

Algunas de sus decisiones, como dejarse llevar estrictamente por la analítica y no llevar un juego de fundamentos con toques y moviendo al corredor en el juego pequeño también se le reclamó.

De acuerdo con las críticas, un ejemplo de sus alegadas malas elecciones lo es el hecho de que, aunque Julio Rodríguez, Novato del Año de la Americana, había tenido un poco productivo torneo al bate, nunca fue bajado del segundo turno en la alineación. Rodríguez fue el jugador con más ponches en la primera ronda con nueve.

Sobre todo eso surgieron comentarios de que la química dentro del clubhouse dominicano no fue la mejor y que en un momento ciertos jugadores amenazaron con abandonar el evento y regresar a los campos de entrenamiento.

“Yo soy el dirigente del equipo de República Dominicana y tomo responsabilidad de todo lo que pasó”, dijo Linares para iniciar la rueda de prensa posterior al encuentro.