Boston. David Freese y los Cardenales de San Luis exploraban el Fenway Park como parte de su preparación para el comienzo de la Serie Mundial.

El lanzador Lance Lynn y un grupo de compañeros le dieron una primera mirada al centenario estadio y se adentraron en la valla del jardín izquierdo para visitar las entrañas del Monstruo Verde ayer, un día ante de que los Cardenales inicien junto con los Medias Rojas de Boston el primer partido de la Serie Mundial.

Será el primer partido en la carrera del jardinero Carlos Beltrán, a quien único le falta ganar un partido para decir que lo ha ganado casi todo en las Grandes Ligas.

A penas es la primera vez que podemos ver a esos dos viejos rivales juntos. Desde Stan “The Man” y Splendid Splinter a Gibby y Yazz a Pedro y Pujols, los Cardenales y las Medias Rojas han creado su propia historia.

Ahora es tiempo de enfrentarse por cuarta vez porque “octubre está en el aire” como lo describió el abridor de los Cardenales en el primer partido de la Serie, Adam Wainwright.

Jon Lester estará en el lado opuesto, enfrentando a una alienación que obtuvo un estímulo adicional.

Allen Craig, quien lidera las Mayores con un promedio de bateo de .454 con corredores en posición de anotar y no ha jugado desde el 4 de septiembre cuando sufrió un esguince, estará de regreso.

“Siento que estoy en un buen lugar”, aseguró el limpia bases que ocupará la posición de bateador designado esta noche.

El tiempo podría ser un factor también. Se pronostica que la temperatura estará por debajo de los 40 grados y se predice que habrá una gran probabilidad de que llueva

Boston está señalado como favorito en este pareo entre equipos que lideraron con su cantidad de victorias las Grandes Ligas.

Ambos equipos no se han visto en la temporada regular desde el 2008 y el veloz jardinero de los Medias Rojas, Jacoby Ellsbury ve el enfrentamiento como un duelo de “barbas vs. pájaros”.

“Será extraordinario ver varias caras familiares”, aseguró.

David Ortiz, Dustin Pedroia y algunos de sus compañeros desaliñado figuran en buena posición ante el joven cuerpo monticular de los Cardenales, que es comandado en la postemporda por su as Michael Wacha, y los relevista Trevor Rosenthal, Carlos Martínez y Kevin Siegrist.

Ortiz ayudó a los Medias Rojas a barrer a San Luis en la Serie Mundial del 2004 y terminar una sequía de 86 años sin obtener un anillo.

“Obviamente estoy al tanto de la historia de los dos equipos”, aseguró Ellsbury. “Una vez que sucede el primer paso, todo sale por la ventana”.

Boston está tratando de ganar su tercera corona en 10 años, mientras que los Cardenales buscan su segundo título en tres años y su tercero en las últimas ocho temporadas.

“Algunos de nosotros tiene algunas muy malas memorias de lo que ocurrió en el 2004 y estamos mirando como podemos cambiarlo”, sostuvo Mike Matheny, dirigente de los Cardenales.

Matheny era el receptor regular del equipo ese año y el puertorriqueño Yadier Molina era el suplente en la misma posición en su año de novato.

Ahora, Molina es considerado el receptor más defensivo en el béisbol y tendrá las manos llenas tratando de detener a Ellsbury y la velocidad de los Medias Rojas en la postemporada.

“Es divertido ser parte de la historia, estar en el Fenway Park y enfrentar nuevamente a Boston en la Serie”, dijo Molina. “Es diferente jugar aquí en general. Jugar defensa, ofensiva y pitcheo. Es diferente, pero al mismo tiempo es divertido”.

David Freese creció en San Luis y fue el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2011. Además, escuchó todas las historias acerca de Stan Musial y Ted Williams en 1946, sabía acerca del enfrentamiento de Bob Gibson y Carl Yastrzemski en el 1967 y vio por televisión cuando el relevista de los Medias Rojas, Keith Foulke, atrapó un batazo de Edgar Rentería para finalizar la Serie del 2004.

“Recuerdo cómo terminó. La barrida. Tu no espera que la Serie Mundial se acabe en cuatro juegos”, subrayó el tercera base de 30 años.

Freese aseguró que de todas formas está esperanzado de tener una oportunidad de jugar en el Fenway y le dio un primer vistazo al terreno ayer.

Luego Matheny se paró cerca del montículo, apuntó unas áreas en particular de un triángulo en el jardín central y Freese procedió a realizar su práctica de bateo.

Freese conectó un batazo a lo más alto del Monstruo Verde en el jardín izquierdo y el eco arropó cada resquicio del vetusto estadio.

“Ese es mi muro”, le grtó Freese a su compañero Matt Holliday.

Bueno para los bateadores, a lo mejor no tan grandioso para los lanzadores.

“Un juego puede cambiar con un sólo swing que se haga en este parque”, dijo Wacha. “Es algo loco, absurdas dimensiones, por supuesto”.