El 17 de abril de 1955, un joven pelotero de 20 años tuvo su primera experiencia en las Grandes Ligas en el Forbes Field en Brooklyn.

No se trató de un jugador cualquiera, era Roberto Clemente, el preciado novato de los Pirates de Pittsburgh. Hace 65 años, Clemente comenzó su ilustre carrera en las Mayores, irónicamente ante los Dodgers, franquicia que lo firmó, pero no le ofreció la oportunidad de jugar.

Según una regla que estaba vigente para aquella época, todo jugador que recibía una bonificación de por lo menos $4,000 por firma debía estar en el roster.

Clemente obtuvo un bono $10,000, pero no fue incluido y lo dejaron en las Menores, por lo que tuvo que concederle su libertad. Los Pirates lo adquirieron el año siguiente a través de un sorteo.

En su primer turno al bate, Clemente disparó una línea que el campocorto Pee Wee Reese no alcanzó atrapar para sumar el primero de sus 3,000 hits en las Grandes Ligas en uniforme de los Pirates.

Pittsburgh perdió 10-3, Clemente se fue de 4-1 con una carrera anotada.

En el segundo partido del día, defendió el ‘center field’, conectó un doble en el sexto inning y un sencillo en el cuarto turno. Fue un inofensivo elevado que picó frente a Don Zimmer, quien tiró a la inicial para tratar de sorprender a Clemente. El boricua giró hacia segunda agresivamente y el tiro de Zimmer terminó en el dugout, lo que permitió que Clemente llegara a tercera. Dick Cole lo remolcó con un sencillo.

De hecho, los Dodgers ganaban por una carrera en la novena entrada y los Piratas tenían dos corredores en las bases cuando Clemente estaba en el círculo de bateo. El juego terminó sin que tuviera la oportunidad de darle la victoria a los Pirates. Clemente bateó de 4-2 con una anotada.

“Lo curioso de Clemente es que no se desarrolló en las Menores como típicamente ocurre. Los Pirates era un equipo del sótano que iba a seguir así con o sin Clemente, así que lo dejaron en el equipo para que madurara como pelotero. Luego de varios años es que lo pasan al guardabosque derecho por el brazo que tenía”, recordó Jorge Colón Delgado, historiador de béisbol.

“Lo mejor que le pudo pasar a Roberto era que Pittsburgh lo reclamara porque se pudo desarrollar en las Grandes Ligas. No tuvo ese proceso de aprendizaje en las menores”, concluyó.

Hace 65 años, Clemente se presentó ante el resto de los equipos en las Grandes Ligas y el resto, es historia.

Clemente jugó con los Piratas hasta el 1972 y en su carrera ganó cuatro títulos de bateo, un premio de Jugador Más Valioso de temporada regular y de Serie Mundial y condujo a Pittsburgh a dos campeonatos. Clemente falleció trágicamente el 31 de diciembre de ese año y en el 1973 fue exaltado póstumamente al Salón de la Fama de Cooperstown tras una votación especial.