Roberto Alomar vivió con emoción la develación de su estatua
Alomar estuvo acompañado por su papá y mamá, y parte de su familia
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Roberto Alomar tendrá desde julio su placa de inmortal en el Salón de la Fama del Béisbol. Pero desde ayer, el estelar ex segunda base de las Grandes Ligas también tendrá un monumento en su patria, luego que se develara su estatua en el Museo del Deporte de Puerto Rico.
El de ayer fue un día especial para Alomar, otra jornada que se sumó al sueño que vive desde que se anunció su elección a Cooperstown el pasado miércoles. Alomar, ganador de diez Guantes de Oro en 17 temporadas de Grandes Ligas, paseó en una caravana por todo el pueblo de Guaynabo y terminó en el Museo, donde lo esperaban cientos de amigos, familiares y figuras del deporte para darle un merecido aplauso.
Allí, luego de dirigirse a todos los presentes, fue testigo de la inauguración de la exposición en su honor, que será presentada hasta el 24 de julio, día en que será exaltado oficialmente al Salón de la Fama. También posó y admiró su estatua, la que se añade a la de otros grandes del béisbol boricua como Roberto Clemente, Luis Rodríguez Olmo y su ídolo, José “Cheo” Cruz, entre otros.
“(El recibimiento) ha sido algo increíble, más de lo que yo esperaba. Como siempre he dicho, esta victoria no es mía, esta victoria es de los puertorriqueños”, compartió Alomar en un breve aparte con Primera Hora mientras decenas de personas a su alrededor buscaban con ansias la oportunidad de una foto o un autógrafo del ahora inmortal del béisbol.
“Yo jugué por el pueblo, por mi gente, y le doy las gracias a Puerto Rico”, añadió.
La estatua lleva el uniforme que utilizó Puerto Rico en la Serie del Caribe de 1995 -el recordado “Dream Team” que, además de a Alomar, incluyó a algunos de los mejores jugadores nacionales en la historia como Carlos Delgado, Juan “Igor” González, Bernie Williams, Rubén Sierra y Edgar Martínez, entre otros. Fue diseñada con Alomar en gestión defensiva, volando por encima de la segunda base como si estuviese a punto de completar un doble play.
“Yo quería que le pusieran el uniforme de Puerto Rico. Para mí es bien llamativo, además de que fue una experiencia bien bonita para representar a Puerto Rico. Quería que me hicieran la estatua con ese uniforme”, explicó Alomar.
La estatua fue descrita por el curador del Museo del Deporte, Rafael Serrano, como “la más completa y extraordinaria que se ha hecho para este museo”.
Inlcuso, la gerencia del Museo del Deporte anunció que la exposición sobre la carrera de Alomar, que incluirá además de la estatua, fotos y demás, abrirá al público general desde mañana, miércoles.
Durante el breve discurso que ofreció a los presentes, Alomar destacó la ayuda recibida por sus entrenadores y compañeros en sus inicios del béisbol, varios de ellos presentes en la actividad. Pero como ha hecho en los pasados días, el honor más grande se lo dio a sus padres, Santos Alomar y María Velázquez.
“Este día se lo dedico a mis padres, porque son unos padres espectaculares”, dijo Alomar, quien acto seguido recibió un beso de su madre mientras el público les brindó un sonoro aplauso.
Su madre no podía ocultar la emoción, a pesar del calor y el malestar entre varios de los presentes por el exceso de público en el Museo.
“La estatua está muy bonita, estoy muy agradecida”, dijo.
Mientras, Santos también se mostró sorprendido por los gestos de admiración hacia el menor de sus tres retoños.
“Yo no esperaba que fuera así. Espero que los otros (peloteros puertorriqueños) que vienen subiendo puedan ver esto para que puedan motivarse”, expresó Santos.