Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Cuando Roberto Alomar se pare el domingo en el podio del Salón de la Fama del Béisbol para ofrecer su mensaje luego de ser exaltado, tendrá tres cosas importantes que decir: agradecer a su familia el apoyo de siempre, honrar a las personas que lo ayudaron a través de su carrera y recordarle al mundo del béisbol de dónde es y lo que siempre será: puertorriqueño.
Y es que, para el estelar intermedista salinense, ser inmortalizado en el principal recinto del béisbol no será simplemente un logro personal. Para Alomar, es el reconocimiento a Puerto Rico y a toda América Latina.
“No sé en qué momento lo voy a decir, pero tengo que gritar: ¡Que viva Puerto Rico, que viva nuestra bandera y que vivan todos los latinos!”, manifestó Alomar ayer al conversar con Primera Hora.
El nuevo miembro del Salón de la Fama del Béisbol ya se encuentra en Cooperstown, Nueva York, y desde ayer participa de distintas actividades relacionadas con la ceremonia de exaltación que se celebrará durante todo el fin de semana.
¿Cómo están esos nervios?
Los nervios siempre van a estar ahí. Pero son nervios de alegría. Creo que esto es más difícil que jugar béisbol.
¿Por qué?
Porque desde que uno es un niño, está jugando béisbol. Pero no todos los días uno tiene que dar un speech (discurso) delante de tanta gente que uno aprecia.
¿Qué puedes adelantar de tu mensaje?
Tengo que agradecer, primero a mi familia, que son el hueso y el modelo que seguí y a todas las personas que me han ayudado a llegar hasta aquí. Pero también sé que es algo grande para mi país. Tengo que decir lo orgulloso que estoy de ser puertorriqueño y latino.
Alomar será exaltado al Salón de la Fama junto al ex lanzador Bert Blyleven y el gerente general Pat Gillick.
El boricua fue electo en su segundo año luego que en su primera oportunidad se quedara corto por apenas 1.3 por ciento de los votos necesarios para pasar el cedazo de la Asociación de Escritores de Béisbol.
Pero toda la espera y la incertidumbre quedaron atrás. Alomar sabe que será su fin de semana y por eso quiere disfrutárselo al máximo.
“Mis emociones son de alegría. Después de tanto tiempo en este deporte, es lo máximo”, indicó.
Alomar debutó en las Mayores en 1988 con los Padres de San Diego, y en sus 17 temporadas en las Mayores, jugó con Toronto, Baltimore, Cleveland, los Mets de Nueva York, Arizona y los Medias Blancas de Chicago.
Fue con Toronto que ganó dos sortijas de Serie Mundial en 1992 y 1993.
Se retiró en el 2005 durante los entrenamientos primaverales de los Rays de Tampa Bay.
Será el tercer boricua en ser electo al recinto de inmortales, donde ya son honrados Roberto Clemente y Orlando “Peruchín” Cepeda.
“Es un sueño. Ésa es la mejor manera de describirlo. Desde que era un niño soñaba con este momento y ahora ver mi nombre al lado de Clemente y Cepeda, es algo grande”.
Después de alcanzar el máximo logro para un pelotero, ¿qué te falta por hacer?
Estoy disfrutando una buena etapa en mi carrera. Estoy trabajando con los Azulejos de Toronto como special advisor (asesor especial) y eso me da la oportunidad de transmitirle mis conocimientos a otros peloteros que están subiendo.
¿Quizás, dirigir?
No por el momento. Quiero seguir disfrutándome la vida.