Pete Rose seguirá sin ingresar al Salón de la Fama.

Mientras que muchos se referían al destierro del líder de imparables en la historia de las Grandes Ligas hace 35 años como un castigo de por vida, y pensaban que con su deceso esta semana cambiaría la situación, Rose aceptó un veto permanente de las Grandes Ligas de Béisbol luego de una investigación sobre sus apuestas en el juego.

Cualquiera que esté en la lista de inelegibles permanentes no puede ser considerado para la elección al Salón de la Fama, de acuerdo con una regla adoptada por la junta directiva del Salón en 1991. El estatus de Rose no cambió cuando murió el lunes a los 83 años por causas naturales en Las Vegas.

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Eso ciertamente no detendrá el debate sobre si el 17 veces ‘All-Star’ con 4,256 hits merece ser incluido, o si ahora debe ser incluido póstumamente.

“El gran Pete Rose acaba de morir. Fue uno de los jugadores más emblemáticos en practicar el deporte. ¡Él pagó el precio! El Beisbol de Grandes Ligas debió permitirle el ingreso al Salón de la Fama hace muchos años”, escribió en la red Truth Social el expresidente de Estados Unidos y candidato republicano a la presidencia, Donald Trump. “¡Háganlo ahora, antes de su funeral!”

La junta directiva del Salón de la Fama adoptó la regla año y medio después de que Rose aceptara la prohibición y el mismo año en que hubiera podido ser elegible para estar en la boleta por primera vez.

“Obviamente, estaba dirigida a Pete Rose, y desde ese día en adelante y hasta hoy, mi posición, la posición de millones de otras personas es, sí, lo entendemos, él rompió la regla cardinal. Debería ser prohibido del béisbol bajo esa regla de por vida”, dijo el veterano locutor Bob Costas el martes en el programa matutino “Get Up!” de ESPN. “Pero alguien consiguió esos 4.256 hits y esos tres campeonatos de bateo. Pónganlo en el Salón de la Fama, pónganlo al pie de su placa ‘vetado del béisbol en 1989, de por vida’. Es parte del récord, pero debería estar como jugador”.

La Regla 21 del béisbol, que se mantiene vigente desde hace mucho tiempo, sobre mala conducta y que se exhibe de manera destacada en cada vestidor de la liga, establece que cualquier jugador, umpire, funcionario o empleado del club o la liga que apueste “sobre cualquier juego de béisbol en relación con el cual el apostador tiene el deber de actuar, será declarado inelegible de manera permanente”.

Una investigación para MLB realizada por el abogado John M. Dowd descubrió que Rose hizo numerosas apuestas a que los Rojos de Cincinnati ganarían entre 1985 y 1987 mientras jugaba para el equipo y lo dirigía. Rose solicitó su reincorporación en 1997 y se reunió con el comisionado Bud Selig en noviembre de 2002, pero Selig nunca se pronunció sobre la solicitud de Rose.

El actual comisionado Rob Manfred rechazó en 2015 la solicitud de reincorporación de Rose, concluyendo que Rose seguía apostando y que sería un riesgo para la integridad del deporte si se le permitía volver al juego.