Un día como hoy hace 50 años ocurrió un evento en la carrera de Orlando ‘Peruchín’ Cepeda que le hace recordar la batería de bateadores con la que se rodeo en las Grandes Ligas, que fue una de lujo, con nombres como Willie Mays y Willie McCovey, Lou Brock y Roger Maris, Hank Aaron, Carl Yastrzemski y Carlton Fisk.

Un día como hoy hace 50 años, Cepeda estuvo involucrado en un cambio que fue novedoso en las Mayores por ser el primero en la historia en el que dos pasados Jugadores Más Valiosos de liga fueron intercambiados uno por el otro. La transacción fue por el lanzador derecho Denny McClain. Cepeda paso de los Braves de Atlanta a los Athletics de Oakland. McClain, de paso, fue el último ganador de 30 juegos en Las Mayores y también fue pitcher ganador con los Indios de Mayagüez en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico.

“‘Pichó' con Mayagüez y recuerdo que yo decía que, si lanzaba así en Puerto Rico, podía ganar 20 juegos en Grandes Ligas. Pues no ganó 20, ganó 30 juegos”, ha recordado Cepeda sobre la temporada del estadounidense en la Isla en el torneo del 1964-65 en el que acumuló marca de 13-2.

Cepeda fue MVP y campeón de la Serie Mundial en el 1967 con los Cardinals de San Luis, mientras que McClain fue MVP y Cy Young un año luego con los Tigres de Detroit.

En una conversación con este diario, por motivo del cambio que hoy cumple 50 años pero sobre todo para conocer cómo esta Cepeda en la actualidad, el extoletero boricua recordó que el referido cambio fue uno agrio para él por razones personales y profesionales sobre todo. Dijo que le tomó por sorpresa la transacción, ya que se había acomodado en Atlanta junto a su familia desde su llegada allí en el 1969 por vía de un cambio desde los Cardinals de San Luis. De hecho, su cambio de San Luis a Atlanta fue por otro gran nombre: Joe Torre, quien al igual que Cepeda es miembro del Salón de la Fama pero en su caso como dirigente y principalmente por su gran corrido con los Yankees de Nueva York de la era de Derek Jeter, Jorge Posada, Bernie Williams, Mariano Rivera y Andy Pettitte. Torre, de paso, también fue un Jugador Más Valioso, en el 1971, posterior al cambio por el boricua.

Ahora bien, el recuerdo del cambio 50 años después también le trajo a la mente uno de sus orgullos como pelotero, tal vez el máximo desde su perspectiva: haber sido compañero de batería de muchos de los mejores de su época y algunos ‘fuera de serie’.

“Algo que no me gustó del cambio fue que allí (Atlanta) jugaba con Aaron, que era como hermano mío y uno de los mejores de todos los tiempos. Recuerdo que Aaron me recibió en el ‘spring training’ y me dijo ‘te voy a ayudar en Atlanta y vamos a ganar’. Hicimos los playoffs. Bateaba detrás de él, que era tercer bate y yo cuarto. Era un ‘batearon’ como Mays, como Clemente. Me pongo a recordar y digo “jugué con fulano y con fulano. Ese es el mejor ‘highlight’ (memoria) de mi carrera”, dijo.

Aaron, en una visita al Museo del Deporte de Guaynabo frente a la figura de Orlando 'Peruchín' Cepeda.
Aaron, en una visita al Museo del Deporte de Guaynabo frente a la figura de Orlando 'Peruchín' Cepeda. (JOSE RODRIGUEZ)

Cepeda fue en su recuerdo para adelante y para atrás en busca de su compañeros de batería o de equipos y los que nombraba eran peloteros de primera clase.

Nombró a Mays en sus primeros años con los Giants de San Francisco. Cepeda también bateó detrás de ese ‘fuera de serie’ y no se quedó atrás. Recordó que a esa batería se les unió el fuerte bateador McCovey, en cuyo honor está bautizada informalmente el área de la bahía que está detrás de la verja del estadio de San Francisco, y el lanzador dominicano Juan Marichal.

Mays, McCovey y Marichal son todos miembros del Salón de la Fama.

Luego se transportó a San Luis, a donde llegó en un cambio en el 1966, y nombró entre sus compañeros de batería al estelar Lou Brock y al histórico Roger Maris aparte del magnífico lanzador Bob Gibson.

Brock y Gibson son también miembros del Salón de la Fama. Maris tiene su lugar en la historia, aunque no sea inmortal. Este fue el dueño del récord de más jonrones en una temporada por casi cuatro décadas. En el 1961 conectó 61 para romper la previa marca de 60 que pertenecía a Babe Ruth.

“Ahora me pongo triste. Recuerdo que en el Salón de la Fama nos ponían siempre en la misma mesa a Brock, a Gibson y otros”, dijo Cepeda sobre sus recién fenecidos compañeros.

Ese San Luis del 1967, que tenía a jugadores como Tim McCarver, Curt Flood, con el que lanzó Steve Carlton y que tenía como gerente general a otra leyenda, Stan Musial, ganó la Serie Mundial. Cepeda fue escogido MVP de la temporada. Bateó .325, con 25 jonrones, 111 carreras impulsadas y 91 carreras anotadas.

San Luis venció en la Serie Mundial a los Red Sox de Boston que seis años luego lo contrató como agente libre a Cepeda para unirlo en la batería a Yastrzemski y Fisk, otros dos miembros de la Salón de la Fama, así como el legendario venezolano y miembro del Salón de la Fama, Luis Aparicio.

“En Boston estuve con Yastrzemski, bateadores con los que uno aprendía”, dijo Cepeda.

En fin, Cepeda hizo memoria con el dato de McClain y dio un viaje por las temidas baterías que formó en su carrera y que ayudaron, de hecho, a compatriotas suyos lanzadores a conseguir victorias, como a Rubén Gómez en los Giants y Rogelio Moret en los Red Sox.

Del cambio per se, Cepeda no conversó mucho. El 1972 fue un año muy difícil para él. Sus rodillas ya no lo dejaban jugar mucho, según lo precisa el historiador Jorge Colón Delgado. Pudo haber sido su último año si no hubiera sido creado, como sucedió en el 1973, la posición de bateador designado que le permitió tener una temporada adicional de buen nivel con Boston, en la que bateó .289 con 20 jonrones y 86 RBI. Luego en el 1974 vio acción en 33 juegos con Kansas City sin números significativos.

Terminó su carrera siendo un bateador de por vida de .297 con 379 jonrones y 1,365 RBI. Por varias décadas fue el boricua líder en jonrones conectados en las Mayores. Desde entonces le superaron en ese renglón Carlos Delgado (473), Carlos Beltrán (435) y Juan ‘Igor’ González (434).

Ahora bien, una cosa sí ganó Cepeda en el cambio. El mismo le llevó a jugar con otras leyendas del juego como Reggie Jackson, Sal Bando y Bert Campaneris.

Luego de unos episodios difíciles de salud, Cepeda luce lúcido y tranquilo, disfrutando bien su vida ya más recogida, cuando se acerca a cumplir sus 85 años el próximo 17 de septiembre.

La mejor prueba es que Cepeda no olvida con los grandes jugadores que jugó en las Mayores.

Y no lo olvide usted, todas esas leyendas jugaron con Peruchín Cepeda.