Ozzie Guillén regresa al estadio de los Marlins de Miami y hace historia en la Serie del Caribe
En el mismo parque que llamó una vez su casa, se convirtió en el primer mánager latino que gana el torneo regional, una liga de béisbol invernal y la Serie Mundial.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Miami. Luego de más de una década de su despido como mánager de los Marlins de Miami por el pobre desempeño del equipo y polémicas declaraciones sobre Fidel Castro, el venezolano Oswaldo “Ozzie” Guillén terminó yéndose en la madrugada del sábado por la puerta ancha del loanDepot Park.
En el mismo parque que describió haber tenido uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando fue echado de la organización, Guillén hizo historia al ganar la Serie del Caribe con los Tiburones de la Guaira de Venezuela.
Los Tiburones le dieron a Venezuela su octavo cetro del torneo regional y conquistaron el primero en su historia. Los primeros títulos de la Serie del Caribe de Venezuela habían sido ganados con la representación de Navegantes de Magallanes (1970, 1979), Leones del Caracas (1982, 2006), Águilas del Zulia (1984, 1989) y Tigres de Aragua (2009).
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Pero, además de traer a Venezuela el primer título de la justa caribeña conquistada por los Tiburones, Ozzie dejó su nombre plasmado en la historia del deporte al convertirse en el primer latino que gana una Serie del Caribe, un campeonato de liga de béisbol invernal y la Serie Mundial.
Parece que lo de Ozzie es acabar con sequías de campeonatos. Hace dos semanas, ganó la Liga Venezolana de Béisbol Profesional después de 38 años de espera. Algo parecido realizó en las Grandes Ligas, en el 2005, cuando conquistó la Serie Mundial con los White Sox de Chicago, que no la ganaban hace 88 años.
Como típico Guillén, su celebración tras vencer a los Tigres del Licey de República Dominicana en la final de la Serie del Caribe fue algo inusual. Luego de festejar en el terreno, entró a lo que llegó a ser su dugout en las Mayores y no salió de allí al menos hasta la madrugada del sábado.
Primera Hora intentó obtener una reacción de Ozzie por su histórica hazaña, pero el loanDepot Park cerró para los medios de comunicación a la 1:30 a.m. y el mánager nunca fue visto. Tal vez Guillén se quedó en el camerino celebrando con su familia y travieso nieto, que es apodado cariñosamente el “Oso”. Y es que Ozzie fue acompañado para todos lados por sus familiares durante el transcurso del certamen.
Se sabía en qué parte del estadio de los Marlins estaba el veterano dirigente, si estaba uno de los suyos cerca o si escuchabas al Oso haciendo de las suyas. Especialmente, durante las conferencias de prensa, pues al pequeñín le encantaba hablar por el micrófono mientras su abuelo atendía a los medios.
A pesar de que no hubo rastros de Guillén en la madrugada del sábado, la historia fue una totalmente distinta el jueves, tras la victoria de Venezuela sobre los Suns de Curazao en las semifinales. Ozzie acudió a la conferencia de prensa y, cuando el jefe de comunicación de los Marlins señaló que la próxima pregunta sería la última, el experimentado piloto contestó: “No, allá afuera hace frío, brother”, y se quedó un rato más hablando con la prensa.
Allí aprovechó y habló de diversos temas, como su salida de los Marlins en el 2012.
“Me había ido por la puerta de atrás, y yo quería salir por la puerta de enfrente... Ganar mañana (ayer) la Serie del Caribe para mí no es nada personal... No tengo nada contra los Marlins. Mucha gente me dijo que me habían botado por un comentario que, supuestamente, dije y no. A mí me botaron por malo, por mal mánager”, aseguró.
De igual manera, sostuvo que al momento no ha decidido si regresará la próxima temporada como dirigente de los Tiburones, ya que, en estos momentos de su vida, considera que lo más importante es pasar tiempo con su familia, especialmente su nieto.
“Me preguntan si yo voy a regresar con los Tiburones y al momento yo no he dicho que sí o no. Todo depende de mi nieto, cuántas veces lo voy a ver o si lo voy a ver. Mi familia es lo más importante del mundo porque aquí en el béisbol ninguno de ustedes se acordaba de mí hasta que llegué a los Tiburones de la Guaira este año. Las cosas salieron bien gracias a Dios y les dimos esa satisfacción a una fanaticada que estuvo tantos años sin celebrar”, sostuvo.
Regrese o no la venidera campaña al mando de la novena venezolana, el mánager de 60 años ya tiene un legendario legado en el béisbol y podría disfrutar tranquilo del retiro junto a su familia sin pensar que le faltó algo por hacer en su carrera.