Las Grandes Ligas abortaron el plan que limitaría el número de arbitrajes salariales, un día después de que el sindicato retiró su demanda de elevar las opciones para que un jugador se declarara agente libre.

El martes, segundo día de negociaciones en busca de un acuerdo que ponga fin al paro patronal declarado el 2 de diciembre, los clubes aceptaron también el marco planteado por los peloteros para destinar más dinero a los agremiados que todavía no sean elegibles al arbitraje salarial, a partir de los ingresos centrales.

Se ofrecería así un fondo de 10 millones de dólares con base en bonos por desempeño y en la estadística conocida como victorias por encima del reemplazo (WAR). El sindicato ha pedido 105 millones de dólares para ese grupo, conformado habitualmente por unos 30 jugadores cada año.

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Además, los dirigentes de las mayores ajustaron su oferta de incremento al salario mínimo para los jugadores con menos de un año de servicio en las Grandes Ligas, de 600,000 a 615,000 dólares, pero con una provisión de que los equipos no puedan pagar más de ese monto.

Los peloteros habían propuesto un salario mínimo de 775,000 dólares para el año próximo, un alza notable respecto del nivel actual de 570,500.

Asimismo, las Grandes Ligas retiraron una propuesta que habría desvinculado las pensiones de la inflación, algo que, bajo el plan actual, deriva en incrementos automáticos.

Los detalles de la sesión de casi una hora de negociaciones fueron revelados por un par de personas cercanas al encuentro, quienes solicitaron permanecer en el anonimato porque no están permitidas las declaraciones públicas sobre el tema.

Ninguna de las partes habló siquiera de temas económicos torales durante las seis semanas desde el 13 de enero, cuando se reanudaron las conversaciones. En este marco, el avance registrado durante los últimos dos días se consideró un paso positivo, en momentos en que ambos bandos tratan de conjurar el noveno paro laboral en la historia del béisbol y el primero desde 1995.

Sin embargo, el tiempo se agota antes del 16 de febrero, cuando estaba previsto el inicio de la pretemporada. El juego inaugural, programado para el 31 de marzo, estaría en veremos si no hay un acuerdo para el cierre del mes próximo.

Ambas partes accedieron a seguir negociando en temas no centrales, mientras el sindicato delibera en torno de sus pasos siguientes sobre los asuntos económicos más complejos.

Al principio, los equipos propusieron eliminar el arbitraje salarial para todos los peloteros. A comienzos de este mes, limitaron el plan a fin de deshacerse de éste para una proporción denominada “super 2″ —el 22% de los peloteros elegibles con al menos dos temporadas de servicio en las Grandes Ligas pero sin llegar a tres.

Los jugadores quieren aumentar la posibilidad de ir al arbitraje a todos los agremiados con al menos dos años de servicio en las Grandes Ligas, el nivel observado de 1974 al 86. Desean también reducir la compartición de ingresos por un monto estimado en 30 millones de dólares anuales. De ser conseguido, ello aumentaría el gasto de los equipos con mayores recursos.

Morgan Sword, el vicepresidente de operaciones de Major League Baseball es captado aquí a su llegada a la reunión en Nueva York.
Morgan Sword, el vicepresidente de operaciones de Major League Baseball es captado aquí a su llegada a la reunión en Nueva York. (Craig Ruttle)

Los clubes han advertido que no contemplarán cambios en el arbitraje ni alteraciones que reduzcan la compartición de ingresos. Cuestionan los estimados del sindicato sobre la compartición.

Los peloteros quieren nuevas estructuras para combatir la manipulación del tiempo de servicio de un jugador y el desmantelamiento de planteles. Ambos fenómenos se han registrado en las campañas recientes por parte de los equipos en reconstrucción.

Por su parte, los clubes propusieron que cualquier pelotero convocado en agosto o septiembre y que siga siendo elegible al premio para el Novato de Año a la temporada siguiente, siga contando para fines de selecciones adicionales en el draft amateur, bajo un plan que busca atender las discrepancias sobre el tiempo de servicio.

El subcomisionado Dan Halem, el vicepresidente ejecutivo Morgan Sword, el vicepresidente Patrick Houlihan y su homólogo Reed MacPhail representaron a los clubes.

Bruce Meyer, director de negociaciones colectivas y asuntos legales del sindicato, encabezó la delegación de los deportistas, que incluyó también al jefe legal Ian Penny y al subjefe Matt Nussbaum.

Mientras que la reunión del lunes fue limitada a un grupo pequeño, entre 25 y 30 peloteros se unieron el martes mediante videoconferencia.

El relevista Andrew Miller, de los Rockies de Colorado, y el director general de ese equipo Dick Monfort, estuvieron en la sesión del lunes, pero no asistieron el martes.