NUEVA YORK. La oficina de Grandes Ligas planea emitir de forma unilateral un calendario de 60 juegos, su temporada más corta desde 1878, después de que el sindicato de peloteros rechazó un acuerdo negociado por la misma cantidad de encuentro, abriendo la puerta para un combativo y posiblemente infeliz retorno a los diamantes en medio de la pandemia del coronavirus.

Seis días después de que el comisionado Rob Manfred y el presidente del sindicato, Tony Clark, negociaron expandir los playoffs de 10 a 16 equipos, ampliar el uso del bateador designado a la Liga Nacional e iniciar un experimento de comenzar los extra innings con corredores en segunda base, el acuerdo fue rechazado por la junta ejecutiva del Sindicato de Jugadores de Grandes Ligas en una votación de 33-5.

“Sobra decir que estamos decepcionados con el resultado”, dijo MLB en un comunicado. “El plan brindaba la oportunidad para que MLB y sus jugadores trabajaran en conjunto para enfrentar las dificultades y los desafíos que presenta la pandemia. Les daba a nuestros aficionados la oportunidad de ver un emocionante nuevo formato de postemporada. Y les ofrecía a los jugadores beneficios importantes”.

Los dueños que controlan a MLB aprobaron unilateralmente el calendario de 60 juegos de llegar a un acuerdo en los arreglos finales, dijo a The Associated Press una persona con conocimiento de la decisión y que habló bajo condición de anonimato debido a que aún no se realiza un anuncio oficial.

MLB pidió al sindicato una respuesta antes de las 5:00 p.m. (hora del este de Estados Unidos) el martes, sobre si los jugadores podrán reportar al campo de entrenamiento y si el sindicato accederá a un manual operativo de protocolos de salud y seguridad. El calendario sería el más breve desde la tercera temporada de vida de la Liga Nacional.

Considerando que se requiere de tres días para realizar pruebas de diagnóstico y 21 días de entrenamientos, el juego inaugural podría celebrarse en la última semana de julio. MLB ya ha comenzado a investigar la posibilidad de rentar vuelos para traer a Estados Unidos a los peloteros latinoamericanos, dijo otra persona a la AP, también bajo condición de anonimato.

El sindicato anunció su rechazo y la votación final fue confirmada por una persona con conocimiento de la reunión y que habló con la AP bajo condición de anonimato debido a que la votación se mantuvo en secreto.

La decisión posiblemente provoque lo que sería un prolongado y costoso litigio en torno al impacto del coronavirus en el deporte, similar a los casos de conspiración que causaron la suspensión del campo primaveral en 1990 y una huelga de siete meses y medio en 1994-95 que causó la cancelación de la Serie Mundial por primera vez en nueve décadas.

También elimina un fondo de postemporada de $25 millones para los jugadores, por lo que los peloteros no recibirán más allá de su per diem durante los playoffs y la Serie Mundial.

“Es mortal para esta industria seguir actuando tal como lo ha hecho. Ambas partes”, tuiteó el pitcher de los Rojos de Cincinnati Trevor Bauer, en un inusual ataque al sindicato por parte de un pelotero. “Estamos conduciendo al autobús hacia el barranco. ¿Cómo beneficia esto a las partes involucradas? El Covid-19 ya nos presenta una situación negativa y, de alguna forma, hemos encontrado la manera de empeorarla. Increíble”.

El sindicato indicó en un comunicado que “la junta reafirmó la voluntad de los jugadores por volver a trabajar lo más pronto y de la manera más segura posible”.

“Con ese objetivo, anticipamos finalizar una exhaustiva serie de protocolos de salud y seguridad con la oficina de Grandes Ligas en los próximos días, y esperamos noticias de la liga sobre la reanudación de los campos de entrenamiento y una propuesta para el calendario 2020, indicó el sindicato.

El campo de entrenamiento se suspendió el 12 de marzo, dos semanas antes del inicio de la campaña regular, y ambas partes han asumido nuevamente añejas posturas en las disputas financieras que ya han perjudicado previamente al deporte. Un pacto inicial concretado el 26 de marzo señalaba que los peloteros recibirían salarios prorrateados, pero ese acuerdo no requería que MLB jugara en estadios vacíos.

Los peloteros se rehusaron a alterar su postura en cuanto a los salarios prorrateados, y MLB finalmente accedió la semana pasada durante una junta entre Manfred y el presidente del sindicato, Tony Clark. Pero unos $275 millones separan a ambas partes después de varias semanas de negociaciones.

MLB ofreció 60 juegos y $1,480 millones en salarios, que originalmente era de $4,000 millones, además de un fondo de postemporada de $25 millones para los peloteros. El sindicato quiere 70 juegos, y $1,730 millones, así como un fondo de $50 millones.

Se prevé que los jugadores presenten una queja en la que acusan a MLB de violar las condiciones del acuerdo de marzo pasado que establecían que ambas partes “trabajarían de buena fe para reanudar los juegos lo más pronto que fuera viable y completar la temporada y postemporada en la medida de las posibilidades económicas”, como lo indican varias cláusulas.

Se anticipa que MLB acuse al sindicato de negociar de mala fe.