Houston, Texas. Hasta antes de conectar su histórico hit 3,000 hace unas semanas atrás, el estelar jugador venezolano Miguel Cabrera ha estado en medio de controversias. Pero su experiencia ha estado a su favor para mantener la calma y no explotar en su contra, o la del mismo equipo.

Cabrera, quien hace pocas semanas atrás se convirtió en el trigésimo tercer pelotero en alcanzar la histórica cifra de los 3,000 indiscutibles en las Grandes Ligas, no pudo escapar llegar a la mítica cifra que lo empató por unos días con el fenecido boricua Roberto Clemente sin vivir una leve polémica El nativo de la ciudad de Maracay en Venezuela y que viste el uniforme de los Tigers de Detroit disparó el incogible el 23 de abril, esto unos días después que el dirigente de los Yankees de Nueva York, Aaron Boone, ordenara a uno de sus lanzadores el otorgarles una base intencional al cierre de un encuentro entre ambas novenas para evitar ser la víctima de lo que eventualmente sucedió unos días después. Claro está, ese día también estaba en juego el resultado del partido y la estrategia a la larga le jugó en contra a Boone.

Ahora bien, mirando esa polémica, la misma es casi insignificante en la ruta vivida por Cabrera por convertirse en el primer jugador venezolano en conectar 3,000 hits en las Mayores. Antes en su carrera este toletero ganador incluso de una triple corona superó problemas de alcoholismo que en su momento le ganaron una suspensión del béisbol y amenazaron incluso con dañar su carrera.

“No hay muchos jugadores con ese título”, admite el fuerte bateador derecho sobre el llamado de Mr. 3,000. De hecho, es apenas el séptimo pelotero de la historia en superar esta cifra y la de 500 cuadrangulares, uniendo su nombre al de Hank Aaron, Willie Mays, Eddie Murray, Rafael Palmeiro y los dominicanos Albert Pujols y Alex Rodríguez.

Curiosamente, todos en algún momento en los principios de sus carreras, vieron acción en las ligas invernales del Caribe.

En el caso de los primeros cuatro en la lista, jugaron en Puerto Rico en el pasado siglo. El inmortal Aaron, por un largo tiempo el máximo jonronero del béisbol, vio acción con los Criollos de Caguas, mientras que el también exaltado Mays fue parte del ‘Escuadrón del Pánico’ de los Cangrejeros de Santurce, al igual que el toletero Murray, que brilló por dos campañas con Caguas a finales de la década de los setenta previo a su paso al Salón de Fama. El cubano Rafael Palmeiro, por su parte, participó como refuerzo de los Metros de San Juan en la temporada 1986-1987.

“Es un orgullo estar ahí. Le tengo que dar gracias a Dios por la oportunidad que me dio, y por pertenecer a ese club que es sumamente exclusivo”, dijo Cabrera sin profundizar en lo que significa la oportunidad que le dio el Creador y que puede ser vista desde el recibir el talento para jugar pelota así como la capacidad de superar sus demonios internos para reagrupar su carrera hasta hacerla una que suma ya 20 campañas en el Gran Circo.

Llegar a donde ha llegado no ha sido un sacrificio que ha realizado solo. Aparte de la ayuda de su familia y del equipo, durante diferentes épocas tuvo a personas que lo acompañaban en los tiempos libras tras salir de los estadios cuales Ángeles de la Guardia para auxiliarlo en huir de las tentaciones que existen en la calle. Uno de eso lo fue por unas cuantas temporadas el expelotero boricua Raúl González.

Así, Cabrera ha logrado alcanzar otro hito que vaticina su futuro ingreso el Salón de la Fama. Allí se unirá para toda la vida al primer latino que llegó a los 3,000 hits, Clemente Walker, quien conectó el suyo el 30 de septiembre de 1972, hasta el momento el único puertorriqueño en alcanzar la gesta, de la cual se conmemora los 50 años este año.

El destacado antesalista, inicialista y bateador designado, destacó que cuando niño fueron “muchos mis ídolos, pero principalmente David Concepción y Ozzie Guillen, que eran de las figuras venezolanas que más seguía por su sentido del juego”. Ambos exjugadores están entre los más grandes torpederos también de los torneos locales de su país. De hecho, Cabrera fue por muchos años pilar de los Tigres de Aragua en la Liga Profesional de Venezuela, razón por lo cual lo apodan el ‘Doble Tigre’, en adición a su vínculo con la franquicia de Detroit.

Cabrera se siente emocionado y contento de cómo es recibido en cada estadio de las Grandes Ligas en el que juega, lo que llena de orgullo, principalmente para los latinos.

Miguel Cabrera de los Tigres de Detroit saluda a sus familiares tras conectar su hit 3,000 en las Grandes Ligas, el sábado 23 de abril de 2022. (AP Foto/Carlos Osorio)
Miguel Cabrera de los Tigres de Detroit saluda a sus familiares tras conectar su hit 3,000 en las Grandes Ligas, el sábado 23 de abril de 2022. (AP Foto/Carlos Osorio) (Carlos Osorio)

“Me reciben bien gracias a Dios, y nunca he tenido ningún tipo de problema. Siempre he tratado de salir a jugar buen béisbol, y de hacerlo bien, y eso lo respetan”, afirmó sobre los fanáticos de los equipos.

El dos veces Jugador Más Valioso y 11 veces ‘Todos Estrellas’ vistió la camiseta de los Florida Marlins antes de unirse a Detroit en el 2008. En este momento está bajo contrato hasta el 2023, con una paga de $32 millones anualmente. De mantenerse saludable, pudiera mantenerse activo hasta el 2025 de ejercerse opciones por su productividad. Pero aún con todo lo que ha hecho en su carrera, está consciente de que la fama no lo desvía de las cosas que tiene que hacer en el terreno de juego.

“No lo veo así”, dijo al reaccionar sobre si asimiló ser un ídolo para la fanaticada. “Cada cual tiene sus expectativas, o como quieran pensarlo, pero no me considero mejor que nadie, ni nada por lo que he hecho. No ser otra persona, ya que siempre quiero ser yo”, afirmó tranquilo.

Cuando se le preguntó si había Miguel Cabrera para rato, fue enfático al contestar que “un año, o dos años y ya”, lo que dio a entender que el 2023 pudiera ser el final de quien también sumó una Triple Corona y cuatro títulos de bateo de la Liga Americana, y una sortija de campeón de Serie Mundial en el 2003 con los Florida Marlins.