Más comunes de lo pensado las lesiones que ocurren en medio de una celebración
Viajamos al pasado para recordar algunos de los momentos cuando un festejo terminó en lamentación.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Las celebraciones al concluir los juegos de béisbol son muy comunes. Lo que no es usual es que alguien sufra algún tipo de lesión en medio del festejo, pero sepa que son algo más común de lo pensado.
El más reciente caso fue el vivido por el lanzador puertorriqueño Edwin “Sugar” Díaz el miércoles en la noche, cuando se tiró al piso tras una serie de saltos sobre sus pies celebrando la victoria que aseguró con sus lanzamientos sobre la República Dominicana para adelantar a Puerto Rico a la fase cuartos de final del Clásico Mundial de Béisbol.
Tomando ese triste caso como ejemplo, viajamos al pasado para recordar algunos otros momentos de celebración que terminaron en lamentación, algunos de ellos incluso con alta gravedad.
La de Kendrys Morales es la épica
En el 2010, el cubano Kendry Morales conectó un cuadrangular con las bases llenas en la parte baja de la décima entrada para darle a los Angels de Los Ángeles una victoria 5-1 sobre los Mariners de Seattle. Sus compañeros lo esperaban en homeplate para celebrar. Antes de pisarla base, Morales saltó para caer con fuerza sobre el plato como para acentuar la anotación, y de mala pata se fracturó su tobillo al aterrizar.
Algunas otras lesiones absurdas
En el 2009, el lanzador de los Cubs de Chicago Ryan Dempster sufrió una fractura en un dedo del pie derecho debido a que quedó atorado en la baranda mientras intentaba correr con sus compañeros para celebrar un triunfo sobre los Brewers.
En el 2001, Denny Hocking se fracturó la nariz gracias al entusiasmo de sus compañeros en los Twins de Minnesota que le pegaron múltiples veces a la vicera del casco de bateo hasta que, eventualmente, provocaron el daño.
En el 2005, Jake Peavy sufrió una fractura en una costilla después que los Padres de San Diego aseguraron el banderín de la división. Un efusivo abrazo causó la lesión que no fue descubierta hasta meses después.