Manny Sanguillén pone su sabor-Ve vídeo
Administra un establecimiento de comida en el PNC Park, el ya famoso Manny’s BBQ.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Pittsburgh. Manny Sanguillén no puede caminar por los pasillos del PNC Park sin que alguien lo salude.
“Hey Manny, ¿cómo estás?”, se escucha decir a algún fanático, mientras se acerca a estrecharle la mano, como si se tratara de un vecino con quien coincidió en el estadio.
Mientras, el ex receptor de los Piratas, de 68 años, no deja de sonreír y tampoco le niega un saludo a nadie.
Y es que en Pittsburgh, como en muchos otras organizaciones de las Grandes Ligas, veneran a sus ex estrellas. De seguro, de Clemente estar vivo, la reverencia de sus fanáticos sería igual o mayor.
“Clemente fue una bendición para esta ciudad. Lo querían muchísimo aquí”, recordó el panameño, mientras caminaba por el estadio.
“Fueron tantas las cosas que hizo por esta ciudad. Él nos cuidaba mucho. A todos los jugadores latinos. Pero también estaba pendiente de la comunidad. Era un ídolo porque era un gran pelotero, pero también un buen hombre. ¡Roberto era perfecto!”
En el caso de Sanguillén, el ex jugador nunca ha dejado el estadio ya que, además de ser una celebridad en Pittsburgh, administra un establecimiento de comida en el mismo PNC Park, el ya famoso Manny’s BBQ, muy conocido por su carne de cerdo asada en sándwich y sus hamburguesas a la parrilla en salsa BBQ.
Todos los días que hay partido de los Piratas. “Sangy”, como también le conocen aquí, llega en la tarde al establecimiento y se sienta al frente del despacho, al lado de los cajeros, para firmar autógrafos y tomarse fotos con sus clientes.
Allí comparte impresiones con los fanáticos de todas las edades, recuerda momentos de su carrera y sobretodo, ríe sin parar.
“Manny y Roberto son muy queridos aquí”, dijo Eli Zlokas, fanático de los Piratas desde la década de 1960.
“A ambos los vi jugar en el Forbes Field (antiguo estadio de los Piratas) y es un honor que alguien como Manny todavía esté entre nosotros. Qué pena que Clemente ya no está”, sostuvo.
Por lo pronto, Manny no tiene intenciones de abandonar su vida de administrador.
“Me gusta lo que hago. Estoy pensando ampliar esto del restaurante. Quizás empiece distribuyendo la salsa y luego habrá un restaurancito fuera del estadio”, concluyó.