Luis Curbelo Davis: Un prospecto atrevido
Está colocado entre los mejores 100 prospectos de escuela superiores de Estados Unidos para el Sorteo de Novatos de las Grandes Ligas de este año.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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A los 8 años, el campocorto carolinense Luis Curbelo Davis tenía un panorama claro hacía donde dirigir el destino de su vida.
Con certeza sabía que quería seguirle los pasos a su abuelo y su padre en el béisbol con el firme propósito de llegar a las Grandes Ligas. Y para conseguirlo sabía que debía hacer muchos sacrificios.
Curbelo Davis está colocado entre los mejores 100 prospectos de escuela superiores de Estados Unidos para el Sorteo de Novatos de las Grandes Ligas de este año. Esa es una lista en la que también se encuentran el loíceño Delvin Pérez y el receptor de Hato Rey Mario Feliciano.
Además, a principio de año, fue colocado en el tercer equipo Todos Estrellas de escuela superiores tras el resultado de una elección en la que se encuestaron a escuchas de las 30 organizaciones de las Grandes Ligas.
“El béisbol es mi vida. Imagínate, mi primer regalo fue una bola y un bate de béisbol”, dijo Curbelo Davis a Primera Hora.
Sin embargo, el camino que recorrió para recibir esas distinciones no ha sido color de rosa. Curbelo tomó decisiones poco previstas para una persona en su niñez. A los 11 años decidió, por si solo, que la mejor opción para pulir sus habilidades estaban en trasladarse a los Estados Unidos.
“Tuve que lidiar con cosas positivas y negativas. Pero, es parte de todo. Hay que superar los obstáculos porque la competencia mejora y uno debe integrar a su entrenamiento cosas diferentes para crecer”, dijo el joven.
Ese afán por mejorar sus herramientas en el juego hizo que Curbelo Davis, hoy de 18 años y seis meses, fuera invitado por un equipo a participar en torneo invitacional en Orlando en el 2009.
“En ese verano decidí que quería quedarme y estudiar por allá. Vi que la competencia era mejor y veía una mayor oportunidad de mejorar mi juego y mejorar como persona. Sentía que debía jugar el béisbol con la intensidad y la competencia que se juega allá. Buscando eso fue que estuve cuatro años por allá”, recordó Curbelo Davis, quien regresó a estudiar a Florida su cuarto año.
A su mamá Zuleika Davis la noticia de su mudanza a Estados Unidos a tan corta edad le cayó como un valde de agua fría. Su único varón estaba tomando solo una de las decisiones más trascendentales de su vida.
“Todos me decían que su cara, al llegar a Orlando y ver toda la competencia que había allá, valía un millón. Esa llamada no fue fácil y por eso a los cuatro meses ya yo estaba viviendo allá con él y sus hermanas. Pero todo era por su bienestar”, sostuvo Davis, quien agradeció al coach Juan Cortés por haberlo hospedado en su casa.
Pero, no todos en Puerto Rico le hablaban a sus padres de las bondades que podría tener el traslado a los Estados Unidos. Se encontraron con un manto de negativismo.
“Fue fuerte. La gente me decía que no convenía porque él era el número uno en Puerto Rico. Pero, yo siempre lo vi diferente. Si él es el número uno aquí porque no puede ser el número uno allá”, aseguró su padre, Ángel Curbelo.
“Las roletas no son permitidas”
En el invierno del 2014, Curbelo Davis tuvo su última conversación con el campocorto de los Astros de Houston, Carlos Correa –a quien conoce desde los siete años cuando formó parte de un equipo en el que también estaba Jean Carlos Correa.
El mensaje le llegó fuerte y claro. Debía mejorar su bateo de fuerza.
“Carlos me dijo: ‘Luis, ya las roletas no son permitidas. Tienes que levantar la bola, dar líneas o jonrones. No pienses en roletas. Pasaron dos años, trabajé mi fuerza y en todo lo que me dijo y vi que ahora los dobles son jonrones o triples”, aseguró Curbelo Davis.
Aunque ese no es el único consejo que ha calado hondo en la vida de Curbelo Davis. Las palabras del campocorto de los Indios de Cleveland, Francisco Lindor, también taladrán su mente y fortalecen su preparación diaria.
“Francisco me dijo que me mantuviera ágil en el terreno. Que nunca me quitara, que siguiera trabajando fuerte y, desde ese entonces, nunca he dejado de hacerlo”, continuó Curbelo Davis.