Los fanáticos del béisbol esperan que el paro laboral en MLB no dure mucho
Los dueños de equipo y el sindicato de jugadores tendría alrededor de tres meses para llegar a un acuerdo que no afecte la duración de la campaña del 2022.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Phoenix. El único indicio de actividad en el exterior del Chase Field la tarde del jueves era el sonido de un equipo de construcción que colocaba algunos letreros para un partido de football colegial.
Fuera de eso, la casa de los Diamondbacks de Arizona estaba en silencio, casi sereno.
Eso está bien -e incluso es algo que podría esperarse- para un 2 de diciembre. El problema sería si llega el 31 de marzo y todo sigue igual.
Esa es la fecha en que la temporada 2022 de Grandes Ligas debería comenzar y el Chase Field debería estar lleno de aficionados, listos para iniciar un calendario de 162 partidos con un encuentro en horario diurno ante los Cerveceros de Milwaukee.
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Se desconoce si ese partido, o cualquier otro, se pueda llevar a cabo este verano luego de que el deporte ingresó el jueves en su primer paro patronal en 26 años.
Bill Pupo -aficionado al béisbol desde hace años y poseedor de un pase de temporada de los Diamondbacks- dijo que espera una rápida resolución, pero también admite que la disputa laboral actual se siente como la huelga de 1994-95 la cual se prolongó durante siete meses y medio y provocó la cancelación de la Serie Mundial por primera vez en 90 años.
“Creo que los dueños tienen derecho a tener ganancias”, dijo Pupo. “Los jugadores sienten que merecen una rebanada más grande del pastel y no los culpo. Son el talento. Son los que entretienen”.
“La pregunta es: ¿cuál es el punto medio?”
La disputa laboral en las Grandes Ligas enfrenta a los dueños de equipos contra los jugadores, mientras los aficionados observan, como siempre. Es poco probable que los fanáticos que pagan las entradas sean solidarios con los enfrentamientos públicos entre propietarios y peloteros.
Incluso en los mejores momentos, los aficionados quieren poder ver partidos de béisbol, y eso quedó en claro tras la huelga de 1994-95, cuando los fanáticos tardaron en perdonar. Algunos nunca lo hicieron.
En buena parte gracias a la pandemia de COVID-19, este no es el mejor momento. En 2020 la temporada regular se redujo drásticamente y se llevó a cabo sin público en los estadios. En 2021 fue mejor, pero en muchos parques aún había límites en la asistencia de aficionados.
Ahora, una disputa laboral. Este tópico fue tema de conversación luego de un partido de softbol en Manhattan, cerca del río Hudson.
“Eso va a desmotivar a la gente”, dijo Joe Canizzo, de 63 años y quien se describe como “un aficionado de los Yankees de toda la vida, un aficionado del béisbol de toda la vida”. Lucía una camisa de Curtis Granderson.
Su amigo, Paul Weinstein, de 60 años, dijo que creció jugando al béisbol “siete días a la semana, 12 horas al día”.
Pero a estas alturas, dijo, “creo que estamos hartos”.
“Entiendo de convenios colectivos y sindicatos”, comentó. “Y creo que en estos momentos juegan algunos de los peloteros más grandes - Mike Trout y Clayton Kershaw y otros. Es una época dorada del béisbol y a nadie le importa”.
“Hemos perdido el interés. El aficionado marginado, hay muchas otras cosas, muchos otros deportes que los alejan” del béisbol, comentó.
Pupo no pudo ir a los partidos de los Diamondbacks en 2020 debido a la pandemia, así que transfirió sus entradas para 2021. Aún no se sentía cómodo yendo al estadio debido al COVID-19, así que los volvió a pasar para 2022. Ahora, debido al cierre, existe la posibilidad de que la nueva temporada también resulte afectada.
Los problemas laborales del deporte -y los traspiés recientes de los Diamondbacks- le hacen preguntarse si realmente vale la pena todo el dinero y esfuerzo.
“Es un efecto acumulado”, admitió.
Por ahora, no hay mucho que los aficionados puedan hacer más que tener esperanzas. Los dueños y los peloteros probablemente tengan unos tres meses para llegar a un acuerdo antes de que la temporada regular se vea afectada.
¿Cuantos fanáticos quedarán para ver los juegos cuando regresen? Eso está por verse.
“Yo perdono mucho al béisbol, así que iré a ver los juegos cuando regresen”, dijo Cannizo, el fanático de los Yankees en el juego de sóftbol. “Pero este paro no ayuda en nada al béisbol”.