Caguas. Ni la lluvia pudo apagar el entusiasmo, aunque logró detener el partido momentáneamente.

Los Criollos regresaron por todo lo alto al estadio Yldefonso Solá Morales para inaugurar la temporada 2022-23 de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) y el histórico recinto lució como si fuese uno recién construido.

Pero además de las nuevas amenidades para los visitantes, el regreso tuvo una ceremonia que incluyó figuras de antaño y una dedicatoria criolla a un hijo predilecto del pueblo: el excampeón de cuatro divisiones, Miguel Cotto.

Ante casa llena, los Criollos realizaron la ceremonia de dedicatoria a Cotto y además tuvo un selecto grupo de expeloteros invitados entre los que se destacaron los integrantes del Salón de la Fama, Eddie Murray e Iván Rodríguez; el dirigente de los Red Sox de Boston y eterno criollo Álex Cora; el recordado Jerry Morales; Alexis Ríos y Luis ‘Wicho’ Figueroa, entre otros.

Además hicieron acto de presencia el alcalde de Caguas, William Miranda Torres; el presidente de la LBPRC, Juan Flores Galarza; y el comisionado de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe, Juan Francisco Puello Herrera.

“Se ve el entusiasmo que hay en este renacer que se ve en el béisbol puertorriqueño, sobretodo en la Liga Roberto Clemente. Creo que es una buena muestra del porvenir que tiene esta liga”, manifestó Puello Herrera tras la ceremonia. “Y yo sé que esta fanaticada de Caguas es muy ardiente, que va a apoyar al equipo. Pero sobretodo, y de lo decía al alcalde, hay que destacar el esfuerzo que han hecho para que este estadio vuelva a recuperar el brillo que antes tuvo”.

El Solá Morales que vio Puello Herrera y los miles de fanáticos que fueron al juego inaugural vieron un terreno de grama natural nuevo, al igual que una verja con sus acojinados recién colocados. Una parte significativa de las butacas de la zona de palcos son nuevas.

Además de las reparaciones y remodelaciones del techo y de las cabinas de transmisión y prensa, el Solá Morales abrió varias cantinas para agilizar la compra de comestibles, inauguró una tiendita de mercancía oficial de equipo. Todo lucía recién pintado o recién arreglado.

Incluso, hacia el lado del camerino de los Criollos, se habilitó un área con una jaula de bateo bajo techo que incluye una zona para levantamiento de pesas.

“Esto ha estado tremendo”, manifestó Cora. “El año pasado jugamos en playoffs aquí. Y se nos aguó la fiesta al final por el COVID. Venir aquí, verlo de esta manera…obviamente el municipio y Raúl (Rodríguez, propietario), que tienen que ver con esto, han puesto el Solá Morales en óptimas condiciones. Que el fanático se dé cita y se divierta de la manera en que yo lo estoy haciendo, es sumamente especial”.

Ver el Solá Morales en condiciones diametralmente opuestas a las que quedó luego del huracán María en 2017, con una nueva vida, evocó en Cora recuerdos valiosos y muy íntimos en su relación de toda la vida con el legendario estadio.

“Para mí, hay cosas que son más importantes que ser jugador y dirigente (de Caguas). Venir aquí con papi (José Manuel Cora) cuando tenía siete u ocho años…correr en la caseta de transmisión…dormirme debajo del escritorio durante los juegos…todo es es lo que recuerdo al venir. Yo me hice aquí como persona. De verdad que ha sido una noche especial”.

Una noche especial también tuvieron Ricardo Marrero y su hijo Ricardo Enrique, de ocho años. Ambos acudieron a la noche inaugural ataviados con gorras y camisas de los Criollos.

“Está todo muy bueno. Tienen más lugares para comprar comida, tienen una tienda, hay pleneros…me parece que se ha hecho un gran esfuerzo de darle entretenimiento a la fanaticada. Es parte de crear un ambiente familiar”, sostuvo el padre, que dijo que tiene un compromiso de ir a todos los parques de pelota profesional esta temporada.

“Veo un buen esfuerzo de mercadeo para diversificar la fanaticada. Y mientras más personas haya hay un mejor ambiente”.

Ricardo Enrique es un juvenil pelotero que aunque tenía la gorra y la camisa criolla, es fanático de los Cangrejeros de Santurce, según reveló su padre y él confirmó con una sonrisa de complicidad. “El es Cangrejero, pero cuando no juegan los Cangrejeros es Criollo como su papá”, dijo el mayor con una carcajada.

Pese a que el inicio del encuentro se vio atrasado por una lluvia que cayó justo cuando iba a iniciar el encuentro, ambos se veían relajados y a gusto con la experiencia en Caguas.

“Ha habido un auge en el baloncesto. Y ahora que viene el Clásico Mundial, esperemos que siga en el béisbol”, concluyó Marrero.