West Palm Beach, Florida. José Altuve y Alex Bregman dijeron hoy jueves que el equipo lamentaba mucho haber robado las señales de sus rivales, dando lugar a un escándalo que motivó severos castigos a la organización y diferentes personalidades de las Grandes Ligas.

“Realmente lo siento mucho”, dijo Bregman.

El propietario de los Astros Jim Crane y el nuevo dirigente de los Astros, Dusty Baker --quien reemplazó a AJ Hinch, despedido a raíz del escándalo- también hablaron en una conferencia de prensa que dio el equipo en sus cuarteles de pretemporada.

“No podemos dar marcha atrás con lo que pasó”, expresó Crane.

Las Grandes Ligas no castigaron a jugador alguno y Crane dijo que tampoco lo hará el club.

“No vamos a tomar medidas con los jugadores”, manifestó.

Altuve dijo que el miércoles hubo una reunión de todo el equipo para hablar de lo sucedido.

El comisionado de las Mayores Rob Manfred intervino después de comprobar que el equipo había apelado a la tecnología para robar señales durante la campaña del 2017, en que los Astros ganaron la Serie Mundial, y nuevamente en el 2018.

Los Astros fueron multados con $5 millones, el máximo permitido, y se les quitaron las dos primeras selecciones de los próximos dos drafts de amateurs. Hinch y el gerente general del equipo, Jeff Luhnow fueron suspendidos un año y posteriormente despedidos por Crane.

También afectados por el escándalo estuvieron los boricuas Alex Cora y Carlos Beltrán, en el 2017 coach del banco y jugador con los Astros. Estos acordaron tras el escándalo, del cual fueron identificados como personas claves en correr el sistema, salir de sus puestos como dirigentes de los Medias Rojas de Boston y los Mets de Nueva York. Cora iba a su tercera campaña al frente de Boston y Beltrán salió del puesto sin poder dirigir ni siquiera un desafío.

Más reciente, incluso, ha trascendido que el coach de bateo de los Astros, Alex Cintrón, también fue parte del sistema.