Un reconocimiento oportuno.

Un día después de ser nombrado como dirigente en propiedad de los Marlins de Florida, Edwin Rodríguez fue homenajeado ayer en el Museo del Deporte de Guaynabo para conmemorar el hecho de que éste se convirtió en el primer piloto puertorriqueño en las Grandes Ligas.

La breve pero emotiva ceremonia en la que se develó una figura que permanecerá en el museo y que porta el uniforme que utilizó Rodríguez en su primer juego como dirigente en las Mayores, se convirtió en una celebración del contrato de un año concedido al boricua el pasado miércoles.

“Yo llegué allí por un día, luego lo extendieron a una semana, luego a tres meses y ahora vamos para el 2011”, manifestó el también ex jugador de Grandes Ligas. “Yo creo que eso es más que suficiente para yo demostrar la habilidad que tengo para echar al equipo hacia adelante”, añadió.

Rodríguez, quien fue acompañado por su familia y por su amigo y miembro del Salón de la Fama, Atanasio “Tany” Pérez, dijo sentirse sumamente contento con la oportunidad de dirigir a los Marlins por un año entero. “Es algo que yo había anhelado y era mi meta”, comentó el ponceño.

Y, aunque dijo sentirse sumamente orgulloso de ser conocido como el primer mánager boricua, admitió que se le antoja otra distinción.

“Quiero pasar de ser el primer dirigente puertorriqueño a ser visto como el mejor dirigente en las Mayores”, puntualizó Rodríguez.