El rincoeño Iván Luciano siempre tuvo un bate en sus manos en lugar de una tabla de surfing como muchos de sus compueblanos.

Su padre le inculcó una pasión por el béisbol que lo cautivó desde que tenía apenas dos años. A raíz de esto, se dedicó a temprana edad a desarrollarse en este deporte con el sueño de algún día escuchar su nombre en el sorteo de novatos de las Grandes Ligas.

Ese sueño se cumplió el domingo, cuando fue reclamado por los campeones de la Liga Nacional, los Diamondbacks de Arizona, en el turno 64 de la segunda ronda, convirtiéndose en el primer pelotero nacido en Puerto Rico en ser seleccionado en el MLB Draft 2024.

“Fue de mucha incertidumbre porque tú nunca sabes lo que va a pasar. Todos son rumores. Ya yo estaba mentalizado para el lunes porque los rumores eran tercera o cuarta ronda. Y escuchar mi nombre y saber que me iban escoger dos selecciones antes de que escogieran los Diamondbacks, como que me quedé en shock. Pasó y es un sueño hecho realidad”, contó Luciano en entrevista telefónica con Primera Hora.

Inmediatamente, le pasaron muchas cosas por la cabeza al receptor puertorriqueño de 17 años. Y es que para llegar hasta aquí el talentoso cátcher tuvo un largo y sacrificado camino, pero todo comenzó en su pueblo.

“Mi papá siempre ha sido, como se dicen acá, un ‘fiebrú’ de la pelota. Él siempre decía que su nene iba a ser pelotero. Me lo inculcó y yo le cogí un amor, que wow. Jugué en Rincón en ligas infantiles hasta los seis o siete años”, relató el también primer receptor de escuela superior escogido en el sorteo 2024.

“Luego, jugué desde los nueve hasta los 13 en el área sur de Puerto Rico, en Juana Díaz. Eso era todos los fines de semana viajar para allá”, abundó.

Luciano compartió que después tomó la difícil decisión de dejar a su familia en Rincón, cuando tenía 14 años para irse a Caguas en busca de mejores oportunidades. Allí convivió por un año con el coach Emilio “Barto” Torres mientras estudiaba en el Colegio Thomas Alva Edison.

“Es como una historia loca”, recordó el rincoeño.

“Fueron tantos viajes que yo tuve que dar, pero siendo de Rincón es muy difícil porque todo me quedaba lejos, ya que los eventos de exposición grandes son en el área metro y la manera que lo logré fue así”, explicó.

No fue hasta undécimo grado que regresó a Rincón para estudiar en la Escuela Doctor Carlos González, de Aguada. Allí estuvo solo un año porque en duodécimo grado se trasladó a la Shaddai Christian Academy, de Dorado.

Al final, todos esos viajes que Luciano dio con su familia por cada esquina de la isla valieron la pena, pues su turno tiene un valor de $1.32 millones en el pago de bonificación por firmar, aunque no está garantizado.

Un cátcher completo

A pesar de que tiene proyección detrás del plato con un brazo de poder y buena defensa, lo que cautivó a los escuchas de los Diamondbacks fue su habilidad y madurez con el madero a su joven edad. El bateador zurdo acreditó esa disciplina a la experiencia que obtuvo mientras vivía en Caguas.

“Durante el tiempo que estuve en Caguas, maduré demasiado tanto fuera como dentro del terreno. Además de conseguir la fuerza, pude madurar a la hora de batear. Aprendí a llevar un plan, reconocer pitcheos, cómo reaccionar a diferentes tipos de rompientes y eso me llevó a ser el bateador que soy hoy en día”, aseguró.

“Que muchos dicen que mi bate es mejor que mi defensa, pero siento que puedo cubrir el paquete overall de un cátcher tanto defensivo como ofensivo porque, además de tú tener un buen brazo, mentalmente tienes que estar bien preparado para llevar esa responsabilidad”, agregó.

Luciano indicó que se estará reportando el viernes a los campos de entrenamientos de los Diamondbacks para firmar con la organización por una alta cifra. De algún día ser ascendido a las Mayores, sería el primer rincoeño en hacerlo, según el historiador Jossie Alvarado. Y esa es su siguiente meta.

“Lo próximo es llegar lo antes posible a las Grandes Ligas y ser un futuro Salón de la Fama, con el favor de Dios”, sentenció.