La época dorada del béisbol puertorriqueño
En las décadas del ochenta y noventa, los peloteros boricuas ganaron en masa los más importantes premios en las Grandes Ligas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Nota del editor: Segunda parte de una serie de tres reportajes sobre los mejores jugadores puertorriqueños en las Mayores por posición, por época, en una selección realizada por el estadístico y escritor Jossie Alvarado, autor de los libros ‘Puerto Rico en las Grandes Ligas’ y ‘Roberto Alomar un pelotero especial’. Hoy presentamos el equipo de las décadas del ochenta y noventa.
Los finales de la década del ochenta y principios del noventa, se pueden considerar la época de oro del béisbol puertorriqueño en las Grandes Ligas. Además de convertirse en algo normal la participación de sobre 50 jugadores boricuas en una campaña, hubo un grupo especial que obtuvo todos los premios y reconocimientos disponibles.
De ese grupo salieron tres miembros del Salón de la Fama: Roberto Alomar, Iván Rodríguez y Edgar Martínez. Además hubo otros con los números para haber llegado a Cooperstown.
“Fueron los años de oro del béisbol boricua en las Ligas Mayores. Los premios más importantes se ganaron ahí en masa como Más Valiosos de temporadas y Juegos de Estrellas, Novatos del Año, Guantes de Oro, Bates de Plata, Series Mundiales, líderes en diversos departamentos ofensivos. No veo en un futuro cercano que podamos repetir tanto ‘caballo’ junto produciendo a la vez”, dijo Alvarado.
A continuación la selección del Todos Estrellas de Puerto Rico en las Grandes Ligas en los últimos 20 años del pasado siglo.
Receptor, Iván Rodríguez
Seleccionado para el Juego de Estrellas y ganador del Guante de Oro en todas las temporadas desde el 1992 al 1999. Desde el 1994 al 1999 también ganó el Bate de Plata y ese último año de la década del noventa fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Americana con los Vigilantes de Texas en una campaña en la que tuvo promedio de .332 con 35 vuelacercas y 113 carreras remolcadas.
Primera base, Carlos Delgado
El aguadillano conectó 137 cuadrangulares y remolcó 432 carreras desde el 1996 al 1999 con los Azulejos de Toronto en el primer lustro de una carrera que lo llevó a ser el líder histórico entre los boricuas en ambos departamentos.
Segunda base, Roberto Alomar
Para muchos el mejor jugador en esa posición en la historia, dio cátedra defensiva con ocho Guantes de Oro entre el 1991 al 1999. Fue seleccionado al Juego de Estrellas todos los años de la década del noventa. En las temporadas 1992 y 1993 fue uno de los héroes de los campeonatos de Serie Mundial de los Azulejos de Toronto y en el 1998 fue el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas.
Tercera base, Bobby Bonilla
Durante su carrera también jugó en los bosques y en la primera base. Fue el antesalista titular de los Marlins de Florida en el 1997 cuando esa franquicia ganó su primer campeonato de la Serie Mundial. En esa temporada bateó para .297 con 39 dobles y 96 empujadas en 153 partidos.
Campocorto, Dickie Thon
En el 1984, cuando ya era una de las estrellas jóvenes del deporte, recibió un pelotazo en el rostro que frenó el buen paso que llevaba su carrera. No obstante y aún con problemas de visión en un ojo, Thon se mantuvo en las Mayores hasta el 1993. Su mejor temporada fue en el 1983 con los Astros de Houston en la que bateó para .286 con 20 jonrones, 28 dobles, 79 empujadas, 81 anotadas y 34 bases robadas. Fue escogido para el Juego de Estrellas ese año.
Guardabosque, Juan ‘Igor’ González
Ha sido el único boricua en ser seleccionado dos veces Jugador Más Valioso (1996 y 1998), ambas con los Vigilantes de Texas. En el 1998 lideró la liga en carreras empujadas (157) y dobles (50). En las campañas de 1992 y 1993 fue el máximo jonronero en la Americana con 46 y 43, respectivamente.
Guardabosque, Bernie Williams
El vegalteño fue una de las figuras clave en la dinastía de los Yankees de Nueva York a finales de la década del noventa. En el 1996, en ruta al primer cetro de esa dinastía, fue el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. En el 1998 fue líder de bateo de ese circuito con promedio de .339. Del 1997 al 1999 fue al Juego de Estrellas y ganó el Guante de Oro.
Guardabosque, Rubén ‘El Indio’ Sierra
En el último lustro de la década del ochenta y los primeros años de los noventa fue uno de los jugadores más completos en las Mayores. En el 1989 llegó segundo en la votación para el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en una polémica elección de Robin Yount. Ese año, Sierra jugó en los 162 juegos de los Vigilantes y fue líder en la liga en triples con 14 y carreras empujadas con 119. Además tuvo promedio de .306 con 35 dobles, 29 jonrones y 101 anotadas. Fue a cuatro Juegos de Estrellas entre el 1989 al 1994.
Bateador designado, Edgar Martínez
El que lleve su nombre el premio del mejor bateador designado otorgado cada año, es una muestra del impacto que tuvo el doradeño. Fue campeón de bateo en el 1992 (.343) y 1995 (.356). En la década del novena fue a cuatro Juegos de Estrellas y ganó tres Bates de Plata.
Lanzador abridor derecho, Jaime Navarro
Entre el 1991 al 1996 tuvo cinco temporadas con al menos 11 victorias. La mejor fue en el 1992 con los Cerveceros de Milwaukee en la que tuvo marca de 17-11 con una efectividad de 3.33 en 246 entradas.
Lanzador abridor zurdo, John Candelaria
Lanzó hasta el 1993, temporada en la que culminó una productiva carrera de 19 temporadas en las Mayores. Tuvo siete temporadas de doble dígito en victorias en la década del ochenta.
Relevista zurdo, Willie Hernández
En el 1984 el aguadeño copó los máximos honores al ser escogido Jugador Más Valioso y Cy Young de la Liga Americana con los campeones de la Serie Mundial, los Tigres de Detroit. Ese año lanzó en 80 juegos y 140.1 entradas con marca de 9-3, un ERA de 1.92 y 32 salvados. Fue escogido para el Juego de Estrellas tres veces (1984-1986).
Relevista derecho, Roberto Hernández
Es el líder boricua en salvados de todos los tiempos con 326 En los noventa tuvo cinco temporadas de al menos 30 rescates, incluyendo 43 en el 1999 con los Devil Rays de Tampa Bay. Fue al Juego de Estrellas en el 1996 y 1999.