La primera vez que Enrique “Kike” Hernández ganó la Serie Mundial en 2020, el mundo lidiaba con las restricciones para evitar la propagación del Covid-19, y ni siquiera pudo abrazar a sus seres queridos en el terreno.

Todos los juegos de aquel Clásico de Otoño entre los Dodgers de Los Ángeles y los Rays de Tampa Bay se llevaron a cabo bajo un formato burbuja en el Globe Life Field de Arlington, Texas, con la capacidad de asientos del estadio limitada al 25 por ciento (11,500 fanáticos) después de una temporada regular reducida a 60 partidos.

Relacionadas

Un escenario totalmente distinto al que se vivió en la noche del miércoles en el Yankee Stadium. Frente a casi 50,000 personas, los Dodgers vinieron de atrás para vencer, 7-6, a los Yankees de Nueva York y capturar su octava Serie Mundial.

Esta vez, Hernández, de 33 años, pudo abrazar a sus esposa, Mariana Vicente; su papá, Enrique Hernández; su mamá, Mónica Gonzalez; y su pequeña hija, Penelope, que no había nacido hace cuatro años.

“La última vez que gané, me quedé con las ganas de darle un abrazo a mi gente porque, obviamente, estaba lo del Covid en 2020. Esta vez los tuve a todos aquí y los pude abrazar. Estos momentos se tienen que celebrar en familia, y gracias a Dios se dio esta vez… Qué vida esta”, dijo Hernández con un nudo en la garganta durante una entrevista con La Línea Deportiva.

De hecho, Kike confesó que, desde joven, anhelaba levantar el Trofeo del Comisionado en el mítico estadio de los Bombarderos de Bronx. Poco sabía que lo haría como visitante.

“Ganar una Serie Mundial siempre fue un sueño mío. Nunca pensé que iba a ser como oponente, pero yo diría que se siente hasta mejor de esa manera”, compartió.

“Yo sé que Puerto Rico es sumamente ‘yankista’, pero nosotros apoyamos siempre a los nuestros. Muchas gracias a los que me apoyaron, y a los que le iban a los Yankees como quiera, ¡chúpense esa a lo que les mando la otra!”, agregó entre carcajadas.

El boricua ayudó a Los Ángeles a acabar el Clásico de Otoño contra los Yankees de Nueva York en cinco juegos.

El ‘utility’ boricua volvió a crecerse en octubre, convirtiéndose en una de las principales figuras ofensivas de un equipo que cuenta con exganadores del premio Jugador Más Valioso como Shohei Ohtani, Mookie Betts y Freddie Freeman.

En la postemporada 2024, Hernández bateó para .294 con dos cuadrangulares, seis carreras empujadas y 15 hits. Cabe señalar que el puertorriqueño fue quien empezó el ‘rally’ de cinco carreras de los Dodgers en la quinta entrada del quinto encuentro de la Serie Mundial con un sencillo.

Y ahora es el decimotercer boricua con dos o más anillos del Clásico de Otoño.