La primera temporada del mánager puertorriqueño Josué “Joe” Espada al mando de los Astros de Houston no tuvo el final que hubiese deseado.

Los Astros fueron barridos el miércoles en la Serie de comodines por unos inspirados Tigers de Detroit dirigidos por A.J. Hinch, quien tenía las riendas de Houston durante la polémica Serie Mundial de 2017 por el escándalo de robo de señas.

Un doble del cubano Andy Ibáñez rompió el empate y vació las bases en la octava entrada para darles a los Tigers una ventaja definitiva que los envió a la Serie Divisional de la Americana, donde enfrentarán a los Guardians de Cleveland.

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Fue una derrota que tomó por sorpresa a los miles que se dieron cita al Minute Maid Park, de Houston, pues la novena local no se había perdido la Serie de Campeonato desde el 2016. Sin embargo, Espada enfatizó que sus jugadores deberían sentirse orgullosos por lo que lograron esta temporada en la conferencia de prensa después del juego.

“Es fuerte… Pero quiero que mis muchachos se sientan orgullosos de lo lejos que llegamos. Fue una temporada de muchos retos. Clasificamos a los playoffs, esa es nuestra meta todos los años. Este no fue nuestro año, pero quiero que mis muchachos se sientan orgullosos de su resiliencia”, dijo Espada.

Tratamos toda la temporada de armar las piezas correctas mientras lidiábamos con lesiones y jugadores jóvenes daban un paso al frente. Hicimos muchas cosas bien y no quiero que nos vayamos cabizbajos por la manera que la temporada terminó. El proceso es importante y deberíamos estar orgullosos de lo que logramos”, aseguró.

Uno que estuvo lidiando con dolencias es el cubano Yordan Álvarez, bateador designado de Houston, quien se perdió los últimos seis compromisos de la campaña regular después de sufrir una lesión mientras se deslizaba a la segunda base el 22 de septiembre. No fue hasta el primer partido de la serie de comodines contra Detroit que se reintegró a la alineación de los Astros. Álvarez culminó el miércoles de 3-0.

Luego de la temporada 2023, Espada, quien por seis años laboró como coach de banca, fue nombrado mánager de Houston tras el retiro de Dusty Baker. En su primera campaña en el cargo, el puertorriqueño condujo a la novena texana a ganar la División Oeste de la Americana por cuarta vez seguida y séptima en los últimos ocho años.

Los Astros terminaron con un récord de 88-73, el cuarto mejor de la Americana, pese a un lento arranque. En sus primeros 28 juegos, Houston registró una marca de 7-19 y estuvieron 10 partidos detrás de los Mariners de Seattle. Y como era de esperarse, las críticas llovieron sobre Espada y los Astros durante ese tiempo.

“Mi fe me permite confiar en Dios sobre todas las cosas. Yo sé en lo que me metí y reconozco que las críticas siempre van a estar ahí. Los fanáticos tienen derecho a hacerlo porque este es un gran equipo y las expectativas son que ganemos, y eso está bien. Pero mi fe me permite bloquear mucho de ese ruido y enfocarme en mi trabajo”, compartió el mánager acerca de cómo lidió con las críticas.

A pesar de que superaron ese mal comienzo, tuvieron la mala suerte que se toparon con unos Tigers que han sido el equipo más caliente de la Americana desde el Juego de Estrellas con un récord de 39-26.