Houston. Con todos los credenciales que ya tenía para convertirse quizás algún día en dirigente de un equipo de Grandes Ligas, el puertorriqueño Josué “Joe” Espada podría haber tomado el curso intensivo que le faltaba en la mejor ‘escuela’ a la que podía haber ido: estar junto al reputado y veteranísimo mánager de los Astros de Houston desde 2020, Dusty Baker.

Baker, un dirigente con 24 años de experiencia, llegó a las filas de los Astros de manera imprevista en 2020, luego de tres temporadas sin dirigir en las Mayores. Fue la pieza clave que trajo la franquicia luego del escándalo que sacudió a los Astros por robo ilegal de señales en 2017, lo que salió a la luz pública a finales de 2019, y por lo que fue despedido el entonces dirigente A.J. Hinch cuando Major League Baseball (MLB) concluyó su investigación en enero de 2020.

Espada ya era coach de banco desde 2018 y permaneció en el puesto con la llegada de Baker.

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“Para mí él nunca ha perdido ese ‘touch’... ese toque de cómo comunicarse con los peloteros. Tiene una manera de cómo motivar a los muchachos. Ha sido algo bien bonito para aprender y ver cómo él lo hace”, dijo Espada a este medio, quien está completando su tercera temporada con los Astros luego de ocupar varios puestos en otras organizaciones.

“En la parte de la analítica y lo ‘old school’, ya sabes, él siempre está escuchando”.

Es que Baker es irónicamente un caso atípico en este béisbol actual. Tras ser una constante como dirigente temporada tras temporada, en sus tres años fuera fue justo cuando el juego ha evolucionado más ya que las organizaciones están dependiendo más de sus divisiones de informática y analítica. Toda esa data estadística que recopilan en oficinas a puerta cerrada, y fuera de las líneas de juego, son las que dictan la pauta hoy día. La voz de mando la sigue teniendo un mánager en cada equipo, pero cada vez más la influencia de la analítica se hace sentir.

“Él no es una persona que no quiera saber lo nuevo”, dijo Espada haciendo la aclaración. “Él quiere saber lo nuevo para combinarlo con lo viejo. Y como pueden ver, ha hecho un excelente trabajo en la temporada”, destacó Espada.

Baker asumió el mando en la temporada acortada de 2020, y aunque los Astros terminaron segundos en el Oeste de la Americana con récord negativo de 29-31, llegaron a la postemporada, hasta la Serie de Campeonato de su circuito. Pero este año, en su primera temporada completa al mando en Houston, Baker los llevó a compilar el segundo mejor récord de la Liga Americana, con 95-67, y los tiene en busca de avanzar hasta la Serie Mundial.

Para Espada, cuyo nombre en los últimos años siempre ha estado en las conversaciones como candidato para dirigir también a algún equipo, esta ha sido una oportunidad de aprendizaje. De hecho, Espada ha sido entrevistado en varias ocasiones por distintos clubes cuando han surgido vacantes en el puesto de mánager.

“Es una persona bien paciente, una persona calmada. Una persona que ha estado en la postemporada por muchos años. De la manera que se prepara y cómo habla con los muchachos, eso ha sido una experiencia muy buena”, agregó Espada sobre lo aprendido al ver a Baker, quien dirigió a los Giants de San Francisco por 10 campañas, y además ha pilotado a los Cubs de Chicago, los Reds de Cincinnati y los Nationals de Washington en 2016 y 2017.

Espada, contrario a lo ocurrido en 2018 cuando fue entrevistado por algunos equipos como los Angels y los Rangers en medio de la postemporada, dijo que en esta ocasión todo se ha mantenido callado tras las dos vacantes que surgieron en San Diego y San Luis tras la conclusión de la temporada regular.

“Hasta ahora todo está callado. Ahora mismo mi concentración está en esta serie contra Boston, y en este equipo, que tiene la oportunidad de volver nuevamente a la Serie Mundial”.

Antes de que los Astros lo reclutaran en 2018, Espada ya había tenido experiencia con los Marlins de Miami como instructor de liga menor, y luego se convirtió en cazatalentos para los Yankees de Nueva York. Posteriormente, fue nombrado asistente especial del gerente general de los Yankees, Brian Cashman, en 2014. Y luego, pasó a ocupar la posición de coach de tercera base también con Nueva York.