El ex pelotero puertorriqueño Javy López lanzó su biografía, "Behind The Plate" ("Detrás del plato"), en la que relata las vicisitudes que pasó por seis años en las Ligas Menores, su campeonato con los Bravos de Atlanta y sus últimas y tumultuosas temporadas con los Orioles de Baltimore.

López explicó hoy en entrevista con EFE que el propósito de su libro es motivar a los jóvenes peloteros a que reconozcan que para lograr cualquier meta en la vida hay que luchar por ella, tal como él la logró siendo uno de los principales receptores de las Grandes Ligas.

"No fue nada fácil llegar a Grandes Ligas. No todo en la vida es fácil, pues hay que luchar y batallar contra viento y marea para lograr el triunfo, y ese es el tipo de enseñanza que quiero llevarle a los jóvenes", destacó.

López, de 41 años, recordó que comenzó a jugar béisbol gracias a a que unos vecinos suyos en Ponce lo invitaron a practicarlo en una cancha de baloncesto.

Las herramientas con las que lo jugaban, era con un bola de goma y un palo de escoba.

Desde ese momento, el béisbol para López se convirtió en su mayor afición, a tal punto de que se ponía el atuendo de pelotero debajo del uniforme de la escuela para que cuando saliera de instruirse, fuera al parque preparado para practicar.

Hasta que finalmente fue firmado por los Bravos de Atlanta en el sorteo de agentes libres en 1987 y comenzó su carrera profesional.

López describió el tiempo que pasó en las Ligas Menores, seis años, como uno de los más difíciles porque luego de cada partido tenía que vestirse, hacer maletas y tomar un vuelo hacia la próxima ciudad donde jugarían.

Pero no fue hasta el 18 de septiembre de 1992 que López debutó en Grandes Ligas frente a los Astros de Houston, consiguiendo un imparable en su primer turno al bate.

"Siempre fui agradecido de las oportunidades que Dios me dio para ganar dinero por jugar béisbol", expresó.

En las quince temporadas que López jugó en las Grandes Ligas, conectó 260 cuadrangulares, remolcó 864 carreras y bateó para promedio de .287.

Durante esa quincena de campañas, López jugó en ocho series de postemporada y fue el compañero de batería de una trilogía de algunos de los mejores lanzadores en la historia: Greg Maddux, John Smoltz y Tom Glavine.

López recordó con orgullo el campeonato que ganaron los Bravos en el 1995 frente a los Indios de Cleveland.

"La química en el equipo fue la clave para ganar ese título. Teníamos un equipo completo", afirmó.

Sin embargo, López critica en el libro el canje que tomó la gerencia del equipo para su próxima temporada entre los jardineros David Justice y Marquis Grissom por Kenny Lofton y el lanzador Allan Embree.

"Eso no fue un buen cambio. Justice era un líder en el equipo, que motivaba a los compañeros y había que tenerlo con nosotros. Muchos de nosotros criticamos ese cambio", aseguró.

López contó que "nunca" vivió alguna experiencia de rechazo o racismo durante sus 21 años como profesional a pesar de ser latino, pero sí se sintió inferior por no ser biling e, pues temía de hablar inglés con los lanzadores en el montículo cuando tenían problemas.

"Muchas veces no quería hablar con los lanzadores por cometer errores en el inglés. Quise ser un líder, pero por miedo, pues pensaba que la gente se burlaría de mí por no decir las cosas correctamente", admitió.

López admitió que el mejor lanzador a quien le recibió, fue a Maddux.

"Lo bueno de él es que terminaba el juego en dos horas y media porque trabajaba rápido en sus lanzamientos", dijo.

Sin embargo, a pesar de haber sido el compañero de batería de Maddux de 1992 a 1994, su posición cambió a ser su suplente de 1995 a 2003, según lo determinó el dirigente de ese entonces, Bobby Cox.

"Lo único que decía es que había que preguntarle a Cox. La razón principal, yo ni la sé. Hay varias historias, pero nunca me enteré ni me enteraré", sostuvo.

López cuenta también en el libro, bajo la editorial Triumph, lo negativo que fueron sus tres años con los Orioles de Baltimore luego de estar 11 temporadas con los Bravos.

"Me encantó Baltimore, la ciudad y sus seguidores, pero la administración no era buena y su dueño, era fatal. Si siguen así, seguirán fastidiados", abundó.

El ex pelotero boricua también recuerda en su publicación los nueve años que jugó en la liga invernal en Puerto Rico.

López relata que sus primeras campañas las jugó con los desaparecidos Metros y Senadores de San Juan y después pasó a jugar con los Leones de Ponce.

Admitió que dejó de jugar en la Isla cuando comenzó a generar millones de dólares, y que el tiempo de Navidad era mejor dedicárselo a su familia.

En el libro, López también relata la experiencia que tuvo de jugar primera base con el equipo de Puerto Rico en la primera edición del Clásico Mundial de Béisbol.

López tuvo que jugar de titular debido a que el inicialista, Carlos Delgado, estaba lesionado e Iván Rodríguez ocupó el lugar del receptor.