Javier Báez y José Berríos dieron un paso hacia al frente para ayudar a los necesitados con la repartición de almuerzos, comestibles y botellas con desinfectantes a las personas que poco a poco fueron llegando al local Taquiza en Toa Baja.

Los peloteros tomaron la iniciativa de organizar la actividad debido a la inacción del Gobierno de Puerto Rico de permitir que pusieran a la disposición los comedores escolares del sistema de educación público para preparar comidas para las familias de escasos recursos.

“Nos motivaron los niños, siempre para mantenerlos en el camino que es lo más importante para nosotros. Nos ofrecieron la ayuda, José dijo que sí rápidamente y siempre estaremos para los niños”, señaló Báez.

Durante un encuentro casual en la residencia de Báez, surgió la idea de facilitar 500 almuerzos de pasta con pollo que fueron preparados en la cocina del restaurante Taquiza en Toa Baja. Además, entregaron plátanos de país.

Las personas que llegaban en sus respectivos vehículos también recibieron plátanos del país.
Las personas que llegaban en sus respectivos vehículos también recibieron plátanos del país. (David Villafane/Staff)

“La razón por la que lo hacemos es por los niños y esas familias necesitadas por la situación (COVID-19). Tener la oportunidad de ofrecer una o dos comidas para nosotros es un gran punto. Somos seres humanos y queremos ser unos modelos para seguir”, agregó Berríos.

“Si tenemos la plataforma y la oportunidad de ayudar. Estamos para ayudar al pueblo. Cuando tenemos la oportunidad lo hacemos, si hay que hacer dos o tres veces más, lo hacemos”, agregó el lanzador derecho de los Mellizos de Minnesota.

No es la primera vez que Báez y Berríos se enrollan las mangas para organizar actividades similares. Después del huracán María en septiembre de 2017 se unieron para enviar a la isla artículos de primera necesidad y generadores mientras se encontraban en Estados Unidos jugando para sus respectivos equipos de Grandes Ligas.

Los almuerzos preparados consistieron de pasta con pollo. Además, entregaron botellas con desinfectante a los que llegaron al local Taquiza en Toa Baja.
Los almuerzos preparados consistieron de pasta con pollo. Además, entregaron botellas con desinfectante a los que llegaron al local Taquiza en Toa Baja. (David Villafane/Staff)

“Rápido que pasó el huracán, estaba frustrado porque no tenía comunicación con mi familia. Entré a la oficina de Joe Maddon (entonces mánager de los Cubs de Chicago) y sin decirle algo, me preguntó si me iba para Puerto Rico. No podía porque el aeropuerto (Luis Muñoz Marín) estaba cerrado. Le dije que lo que quería era enviar ayuda porque había muchas personas que no tenían las cosas para sobrevivir una situación así. Pedí un avión a través del equipo, me dijeron que sí y enviaron cosas. Luego se unió José y enviamos dos aviones más”, relató Báez.

Esta vez, la situación es distinta para ambos. La suspensión indefinida de la temporada regular de Major League Baseball (MLB) para evitar la propagación del coronavirus los mantiene en Puerto Rico.

“Es raro estar aquí porque se supone que estemos jugando béisbol, pero a pesar de la situación, hemos mantenido como prioridad cuidar de nuestros familiares, nuestras esposas y nuestros hijos. Tener la oportunidad de ayudar a otros es importante. El béisbol se queda a un lado, somos personas primero y tener la oportunidad de bendecir a otros nos llena”, afirmó Berríos.